Cultura y Espectáculos

Cómo operan los derechos de autor en el mundo cultural

Si bien durante este período de confinamiento ha aumentado la oferta de productos artísticos virtuales -debido al cierre de los espacios de difusión- estos igual están sujetos a normas de autoría. Regulación que debe ser conocida por quienes idean dichas obras.

Por: Mauricio Maldonado 09 de Agosto 2020
Fotografía: Andrés Oreña P.

Derechos de Autor en Casa” es el nombre de la capacitación online que realizará mañana el Ministerio de las Culturas y que va dirigido a los artistas y gestores de la Región. Instancia que ya se ha realizado en otras regiones del país y que se extenderá hasta fines de año.

Interesante y didáctica actividad gratuita -inscripciones abiertas en la web de la cartera cultural- que planteará y responderá asuntos básicos y específicos relacionadas con esta materia autoral, entre las más importantes ¿Qué es el derecho de autor? “Es aquel que adquieren los autores de obras de la inteligencia en los dominios literarios, artísticos y científicos, sobre dichas obras, por el sólo hecho de su creación. En definitiva, el derecho de autor protege obras -creaciones intelectuales personales- de cualquier tipo, ya sean musicales, visuales, plásticas, literarias, teatrales, entre otras”, explicó José Molina, encargado de la unidad de Derecho de Autor del Ministerio de las Culturas.

A lo que recalcó que “en la práctica, en virtud de este derecho, el autor/titular tiene, además de una serie de otras atribuciones, la facultad de exigir que quien quiera utilizar su obra, tenga que pedirle permiso con anterioridad a su utilización, permiso que será remunerado si el autor/titular así lo determina”.

En este sentido y en el actual escenario pandémico, en donde el sector artístico cultural ha sido uno de los más golpeados y afectados: ¿cómo se pueden garantizar que se cumplan los derechos de autor, siendo la virtualidad el nuevo escenario donde se difunden creaciones y trabajos de esta índole? “El resguardo de los derechos de autor siempre es un desafío, pues se trata de creaciones intelectuales, bienes inmateriales, que a diferencia de uno material, que puedes tenerlo dentro de tu casa o en tu bolsillo, no son susceptibles de un resguardo físico. Sin perjuicio de que existen acciones civiles y penales para perseguir las infracciones, también se trata de un tema de educación e información. Debemos elegir plataformas que difundan contenido respetando los derechos de autor, dentro de las cuales existen algunas pagadas y otras gratuitas”, puntualizó Molina.

Es así que durante este tiempo de confinamiento y en virtud del exponencial aumento del contenido online disponible, la institución del Ministerio de las Culturas ha establecido mecanismos que permiten proteger y hacer efectivos los derechos de los artistas y cultores locales. En todos los casos, independiente del tipo de creación, se requiere una autorización explícita del o los autores (as), a través de un documento o de la aceptación de las bases en el caso de convocatorias.

Un ejemplo de esto, a nivel regional, es el caso del plan “Hasta Encontrarnos”, el cual hasta el día de hoy lleva más de 40 mil visualizacionesy cerca de 400 suscripciones, con una videoteca que supera las 340 obras. “Nuestra institución adquiere los derechos de reproducción, a través de las corporaciones culturales que se hicieron cargo de las convocatorias, pero sólo hasta diciembre de 2020. Esto está estipulado en las bases, adaptadas a un contexto de emergencia, las que son ratificadas por el artista o autor de la obra”, manifestó Carolina Tapia, seremi de las Culturas.

Ejemplos en esta línea

Una de estas corporaciones que se adhirió y ha hecho cargo de exhibir obras y creaciones penquistas es el Teatro Biobío, espacio que ha cumplido de manera estricta y cabal con los derechos de autor, haciendo hincapié en que “las y los creadores escénicos son trabajadores. Si bien el acceso el público virtual es gratuito, en la mayoría de los casos, eso no quiere decir que no haya un trabajo detrás por parte de artistas, dramaturgos, etc. Desde Teatro Biobío y mediante un contrato con artistas, existe un pago por las diversas modalidades de presentación en línea, nuevas creaciones o montajes, transmisión en vivo, talleres o derecho a exhibición de obras pregrabadas”, apuntó Francisca Peró, directora ejecutiva del Teatro Biobío.

Añadiendo que “hemos puesto énfasis en las creaciones locales y el derecho de autor es también parte constitutiva de nuestros contratos”.

La Dirección Artística de Extensión Cultural (Daec) de la Ucsc, también todas las semanas, puntualmente, los jueves dentro de este tiempo de cuarentena, ha exhibido material producido por artistas locales, con quienes han llegado a los respectivos acuerdos para su difusión.

“Debido a la situación que atravesamos producto de la pandemia, hemos debido direccionar los recursos de la universidad hacia temas centrales de conectividad para los estudiantes y apoyo a un número importante de trabajadores. En este sentido, ajustamos nuestra planificación y nos hemos puesto en contacto con los artistas, quienes , amablemente, han accedido para que presentemos sus obras”, señaló Sandra Salazar, jefa de la Unidad Artística y Cultural de Extensión Ucsc.

A lo que completó que “en otros casos, las obras son nuestras, por lo que hemos conversado con los directores de nuestros elencos y exhibido luego las creaciones correspondientes por nuestras redes sociales”.

Sin duda, una institucionalidad u organismo que ha hecho valer los derechos de autor dentro del encierro, ha sido la Sociedad Chilena del Derecho de Autor (SCD), que aunque no se trata de una entidad gubernamental, ha apoyado y ayudado de diferente manera a sus socios, ya sea mediante algún bono o a través de la creación de iniciativas que difunden la música nacional.

“Hemos seguido recibiendo la remuneración respectiva, ya que la gente ha continuado escuchándonos durante este complicado período, incluso más, ya que la mayoría se encuentra en la casa y previo al encierro igual liberamos un nuevo álbum”, dijo Alejandro Venegas, vocalista de la banda Julius Popper.

Palabras a las que el frontman agregó que “la SCD fueron los primeros que se pusieron con un bono para los músicos afectados por la pandemia, ayuda que se extendió por tres meses y, que en mi caso particular, me sirvió bastante. Ellos siempre han respondido de buena manera y cumplido con nuestros derechos como socios”.

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