Cultura y Espectáculos

El “corazón” rítmico que marca el pulso y dinamismo en la música

A modo de reflexión de lo que fue la celebración hace poco del Día del Baterista, exponentes de este instrumento de percusión destacaron sobre su importancia y rol que juega dentro de una banda. De la misma manera, ubicaron a nuestra ciudad como una urbe con insignes créditos tras las baquetas, más allá de ser una especie de semillero de bateristas.

Por: Mauricio Maldonado 02 de Agosto 2020
Fotografía: Pexels

El pasado 25 de julio, se celebró se celebró a lo largo del país el Día del Baterista. Una fecha para muchos desconocida, pero para los melómanos y seguidores de la música en general, no pasó desapercibida, por el contrario, fue recordada y celebrada por muchos a través de la virtualidad de las redes sociales, y menciones y saludos especiales a los grandes exponentes de este importante instrumento, para muchos el corazón y pulso rítmico dentro de una banda.

“Siempre mi visión hacia la música, como baterista, ha sido estar al servicio de la canción. O sea, no soy músico de escuela y menos de partitura, me formé, entre comillas, con Ringo Starr. Un baterista tremendamente elegante y siempre al servicio de las canciones, una óptica que me gusta y mantengo, como mirar una canción y ver qué puedo decir de ella, pero que ella sea la que mande”, expresó Francisco González, músico nacional y ex baterista de Lucybell.

Añadiendo que “Ringo fue mi ‘maestro’ y luego fui pasando por etapas. Con el tiempo me gustó Steward Copeland, John Bonham, Matt Cameron, en fin, tengo más afinidad con los bateristas que son el corazón de la banda, más que los llamados ‘bateristas de sesión’, que se lo tocan todo, pero como que no hay alma detrás”.

Una opinión de alguna forma similar a lo que plantea Alejandro Espinosa, mítico baterista penquista de jazz, quien sostuvo que el baterista, es la especie de “columna vertebral de la sesión rítmica. No sacamos nada con tener a Wynton Marsalis -reconocido trompetista de jazz norteamericano- adelante, si el baterista es malo, el grupo sonará horrible, con problemas de pulso, entre otros. Es decir, el solista, por muy destacado que sea, va a estar en desmedro en relación a lo que está pasando con la música en el escenario. El baterista te da la pauta de lo que va pasando, técnicamente, en el grupo”.

Carlos Carter, ex baterista de Energúmeno y formador de nuevos talentos de este instrumento de percusión, concilia y llega a la misma conclusión sobre ser el corazón de una banda, al cual también se le une el bajo dándole así el impulso y empuje necesario a las canciones. “Visto como el cuerpo humano, la batería y el bajo representan el corazón que va bombeando la banda, su base rítmica que sostiene la canción. Lo que le da el dinamismo y genera en la gente mueva el pié y se entusiasme, baile y salte. Sin lugar a dudas que los otros instrumentos no son de menor importancia, cada cual hace su trabajo, pero lo veo como estructura física, el corazón es lo que hace que te muevas, así de importante es la batería y percusión, que va muy de la mano del trabajo del bajo”, manifestó.

Más que semillero, una tradición

Si bien a nuestra ciudad se le reconoce o nombra como “cuna del rock nacional”, también se le puede asociar como semillero de grandes talentos con las baquetas y tambores. Por nombrar algunos, incluso con reconocimiento internacional, están Pancho Molina, Mauricio Basualto , Jorge Arriagada, Marlon Romero hijo, y el mencionado Alejandro Espinosa.

Es él mismo quien comentó al respecto que “en realidad, años atrás podríamos decir eso, pero actualmente en todo el país hay buenos elementos. Me ha tocado hacer giras por casi todo el país y me he encontrado con muy buenos bateristas en ciudades que uno no se podría imaginar. Quizás en la época entre el ‘60 y ‘70, en el ambiente del jazz, sobresalían exponentes de acá, sin embargo, en nuestros días, Concepción sigue manteniendo vigencia, en el sentido que hay elementos jóvenes buenos, pero en todo el país me he encontrado con buenas sorpresas”.

No obstante, Carter es más cauto y reticente de etiquetar a los lugares como semilleros, sí reconoce que aquí hay íconos insignes de la batería -como los ya mencionados, entre otros- que representan un buen ejemplo. “No soy muy partidario de llamar a los lugares como ‘semilleros’, porque, en definitiva, no está enfocado el lugar para la formación exclusiva de. Podría decir que, por ejemplo, Pucón es un semillero turístico, la gente y casi todos quienes viven ahí trabajan enfocados en la parte turística. Pero acá en Concepción no se trabaja, principalmente, en la música. Tenemos hartos músicos y hay harta gente que les gusta tocar, pero la esencia y foco de la ciudad, es industrial. No sé que tan ‘cuna del rock’ somos, lo que sí encontramos exponentes muy buenos en la música”.

Para Ricardo Barrenechea, baterista de la popular banda penquista De Saloon, el asunto va por ese lado, es decir, más que un semillero, hay ejemplos destacados dentro de la música, “es verdad, al haber tantos grupos, aparte de los clásicos, o sea, desde Emociones Clandestinas para arriba, se han dado muy buenos bateros, instrumento en que también se puede hablar de una tradición con buenos exponentes, desde el jazz, y que abarcó a la música penquista en general. En todos los estilos Concepción ha dado buenos bateristas”.

Barrenechea, también un buen ejemplo de exponente penquista de la batería y con varios años de experiencia en el camino musical, confesó que dentro de la ruta como representante del instrumento de percusión y sobre todo en las tocatas en vivo, siempre se dan distintos chascarros o anécdotas, muy típicos del instrumento, por ejemplo, “por tocar y pegarle fuerte a los parches, casi siempre se me rompen las baquetas. Otra anécdota, no muy agradable de vivir, fue cuando nos presentamos por primera vez en México, en el festival Vive Latino, con toda la energía y ganas que teníamos del debut por aquellos lados, la lista de temas no estaba puesta en las posiciones de cada uno, por lo que terminamos a gritos para tratar de ponernos de acuerdo entre cada canción”, contó.

A lo que concluyó que “en definitiva, pasan distintas anécdotas, pero muchas de ellas se quedan en el contexto de los conciertos y las giras, imposibles de volver a contar”.

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