El cantante lírico penquista, Christian Senn, contó su experiencia pandémica desde la región de Lombardía, una de las zonas más golpeadas desde el comienzo de la propagación de la Covid-19 por Europa.
Es uno de las voces destacadas del mundo de la lírica que brilla en el extranjero y que hace más de dos décadas que está radicado en la región de Lombardía, cercana a Milán, Italia. Una de las zonas más golpeadas por el cororavirus al comienzo de la pandemia en el Viejo Continente.
El barítono penquista, Christian Senn nos cuenta a la distancia cómo ha vivido estos meses de incertidumbre y emergencia sanitaria mundial junto a su familia. “Son 21 años que vivo acá y es sin duda lo más grave que ha ocurrido desde la 2° Guerra Mundial. Han sido meses de bastante angustia, miedo e incertidumbre. Todavía seguimos casi igual, hay un poco menos de miedo, los contagios han disminuído bastante, pero pasamos tres meses totalmente encerrados”.
Añadiendo que “vivimos en una ciudad satélite de Milán distante a 30 kilómetros y esos días no hubo nadie en las calles, abríamos las ventanas y sólo escuchábamos el ruido de las sirenas de las ambulancias, fue algo muy fuerte. A pesar de que el sistema de salud de la Lombardía es uno de los mejores de Italia y Europa, aún así llegó a colapsar, pues hubo momentos en que no hubo lugar para unidades de cuidados intensivos. Nos asustamos bastante con todo esto”.
Durante todo tiempo, el cantante ha mantenido el contacto con sus familiares -padres y suegros- que viven acá en Concepción, señalando que ahora está pasando en nuestro país lo que ha vivido y visto por allá en Italia, es decir, “la verdad en que en Italia, en sus peores días, no alcanzó los niveles de contagio que tiene Chile. Si no mal recuerdo, en Italia no superaron los 5.500 casos para un país de 60 millones de habitantes. Chile está bastante complicado”.
En cuanto a su situación económica como artista y del cómo ha sorteado estos meses sin actividades culturales, Senn explicó que “por suerte, en ese sentido siempre he sido precavido y he ahorrado de a poco, lo cual en este caso fue muy útil. Ha habido una pequeña ayuda del gobierno, pero eso está muy lento. Se cancelaron todos mis proyectos que tenía de febrero a julio, tenía que ir a cantar a Corea, China, tenía varios conciertos en Francia, una ópera que me mantendría ocupado por dos meses en Londres y así otras cosas en Italia”.
Una agenda que igual no está del todo suspendida, ya que “tengo algunas cosas para agosto, septiembre y octubre y espero que se mantengan, pues la verdad es que nos haría bastante bien. Son momentos bastante críticos y esperamos de a poco volver a retomar nuestros trabajos. Tengo bastante trabajo, estoy tranquilo en ese sentido, pero en este momento no lo podemos hacer y eso es lo peor”.
Por último, el barítono se refirió al proceso de “normalización” que están emprendiendo durante estos días, en los cuales se han vuelto a abrir los restaurantes y algunas empresas , con los resguardos pertinentes como las mascarillas y el distanciamiento social, siendo probable que “a fines de mes abran los teatros, pero con muy poco público. Creo que una sala de teatro no podrá tener más de 200 personas al inicio, que por lo general reciben de 800 personas para arriba. Y 200 entre gente que está en el escenario, artistas y espectadores. Aquí los teatros son subvencionados por el Estado durante todo el año, así que la mayor parte de la gente que trabaja en ellos recibe su sueldo, pero nosotros como artistas freelance es diferente. Estamos mucho más vulnerables ante este tipo de situaciones”.