Cultura y Espectáculos

La reinvención de los músicos dentro del nuevo escenario pandémico

Mostrar sus propuestas a través de las plataformas digitales, ya sea temas nuevos, procesos de grabación y, también, tocatas, ha sido la tónica que ha marcado el quehacer de los creadores musicales y cantautoras locales durante este período. Un panorama que se ve como permanente por un tiempo más, pues aparece difícil que se retomen los shows en vivo a corto y mediano plazo.

Por: Mauricio Maldonado 21 de Junio 2020
Fotografía: Andrés Oreña P.

Ya van más de tres meses desde que se desató la pandemia en nuestro país y nada a vuelto a ser igual ni tampoco lo será. Con las restricciones impuestas por este contexto sanitario, siendo el distanciamiento social una de las medidas más esenciales para evitar la rápida propagación del virus, una de las áreas más afectadas ha sido la música. Si bien gran parte de su difusión siempre se ha hecho de forma remota -y esta última década principalmente a través de las plataformas digitales-, su otra mitad son los shows en vivo y de cara al público.

Es así como los artistas y músicos han debido adaptar y reconvertir sus propuestas -de manera integral- al formato online con todos sus pro y contras. “Creo que la gente ha tenido la oportunidad de estudiar y conocer más lo que es un lanzamiento digital y cómo posicionarse dentro de las distintas plataformas digitales que existen en la actualidad. Es algo bien positivo para los músicos. Igual me han gustado la realización de festivales vía streaming, pero no me gusta mucho cuando las marcas han tomado posicionamiento con esta manera de mostrar música. Además, siento que se pierde un poco el valor del show en vivo y me da un poco de miedo que la gente se acostumbre a tener muchos conciertos en esta línea y ya no vaya a los presenciales”, apuntó Gustavo Bustos, músico y cabeza del sello Beast Discos.

Para Luis Herrera, vocalista de la banda Emana, reinventarse hacia lo virtual ha sido positivo a grandes rasgos, debiendo adquirir nuevas herramientas y conocer un nuevo lenguaje, quizás para algunos totalmente desconocido. “En general, ha sido un proceso de aprendizaje para todos, obviamente, había músicos que teníamos algo de noción intermedia de la tecnologías que se usan por estos días. Para los músicos más jóvenes ha resultado más fácil, mientras que para los más antiguos ha sido todo un tema. Igual para algunos que tenemos música propia, nos hemos dedicado y concentrado en producir nuevo material, pero para quienes eran intérpretes de temas ajenos ha sido más complejo e, incluso, tuvieron que cambiar de rubro”.

A lo que completó que “ha sido un cambio potente, el enfrentarse a nuevas plataformas y poder sacarles el máximo de provecho, lo cual también ha resultado todo un desafío”.
Mientras que para Charly Benavente, músico penquista que está en vías de sacar su segundo álbum, al igual que Bustos este período de reinvención es de dulce y agraz. “Por un lado está bien, mostrar y subir el material al mundo virtual, pero por otro, igual no sé cuanto resistirá el canalizarlo todo de manera online, hay que buscar una manera de que sea justo, monetariamente hablando, para los músicos. Hasta el momento no hemos podido hacer shows pagados online, entregar tu trabajo como lo estamos haciendo hasta el momento no sé qué tan conveniente sea”.

Palabras a las que añadió que “bacán el darle a la gente entretenimiento y que disfruten de música, pero igual debería haber una remuneración como contraparte”.

Mientras que para Karina Ruiz, más conocida como Giyil, ha resultado más difícil y ciertamente caótica esta adaptación y asimilación a la virtualidad, ya que “hay que ponerle harto empeño, hacer más promoción, ya que se tiene como asumido que uno está conectada cien por ciento a las redes. Siento que es una buena forma de reinventarse, pero igual es lamentable no tener una fuente de ingresos más estables, el buscar una plataforma que asegure aquello sería lo óptimo”.

Por su parte, para Andrés Oreña, frontman de la banda Mister O, como que esta pandemia y confinamiento vino a emparejar la cancha para todos. “Desde las bandas más pequeñas a las más grandes tienen las mismas posibilidades, como que técnicamente todos estamos bajo las mismas condiciones, medidos por la misma vara, famoso o no famoso”.

Panorama incierto

Se ve lejano en el horizonte el poder volver a disfrutar de un concierto saltando y coreando las canciones a todo pulmón, más bien se proyecta un panorama bastante incierto en cuanto a los espectáculos masivos, que ya no podrán ser precisamente masivos.

“No sé si costará tanto que la gente vaya o no a un concierto, pero querrá tener los resguardos necesarios, nadie se expondrá para contraer el virus. Lo primordial es pensar en la seguridad de las personas antes de hacer algún show”, dijo Benavente.

Bustos es más tajante al asegurar que habrá mayor confianza de volver a ir a un recital en vivo una vez descubierta la vacuna, mientras como Beast Discos ya están agendando conciertos, pero todos para el próximo año, “Quizás después de octubre veremos algún show en vivo y el 2021 se activará mucho la agenda. Creo que la competencia será grande en ese sentido y van a estar todos muy ansiosos de tocar en vivo. Esto será igual que la influenza, un virus que quedará para siempre y por el que tendremos que vacunarnos todos los año, encontrando una cura cambiará todo esto”.

En esa transición de volver a asistir a conciertos es donde Herrera ve un cierto nicho para los productores. “Quizás pueden surgir cosas interesantes, como una especie de autocinema, pero de música u ofrecer conciertos pagados en vivo, pero sin público, igual sería una buena alternativa. Los productores jugarán un rol importante ahí”.

Una opción que Oreña ve un poco fría, pero si “no hay otra igual puede ser -presenciar un concierto desde adentro de un auto-, pero se proyecta complejo el escenario por estos lados. Un ejemplo, y que quizás será lo que adoptarán algunos espacios locales, es en Rumania donde se hizo un concierto al aire libre, pero las sillas estaban separadas por cierta cantidad de metros, era una plaza grande con capacidad para unas 500 a 700 personas, todos bastante ordenados. Si se hiciera de esa forma igual podría funcionar. En los bares sería quizás más complejo”.

Para Giyil la vuelta a la normalidad a las presentaciones en vivo en formato presencial, no lo ve como algo complejo de volver a asumir, ya que “siento que la gente está como expectante de poder volver a recrearse junto a más personas. Una buena forma de salir adelante y, para llegar nuevamente a aquello, sería el ofrecer conciertos en vivo, desde algún espacio de la ciudad, sin público y transmitirlos por diferentes canales. Por ejemplo, hacerlo en el Teatro Biobío, Artistas del Acero o Teatro UdeC”.

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