Natascha de Cortillas, también docente UdeC, participará del evento virtual, mañana a las 17.00 horas, con su trabajo “Ejercicios de Memoria”. Acción realizada el 2013 en conjunto con el mexicano Fausto Gracia.
Desde que partieron las restricciones y limitaciones a causa del coronavirus, el mundo de la cultura en sus diferentes expresiones artísticas ha debido volcar sus actividades y propuestas al territorio virtual.
Es así como se han gestado y realizado interesantes expresiones e iniciativas desde el mundo online, en materias como la música, el teatro, lo patrimonial y lo visual. Dentro de esto último se destacada el festival Microcine de Performance (MCP), que si bien se trata de una actividad gestada desde Valparaíso, igual ha tenido la participación de destacados representantes de la performance penquista.
“Ciclo Concepción” fue el espacio que le dio MCP a créditos locales de mostrar sus trabajos, partiendo el sábado 23 de mayo con un diálogo entre Patricia Cepeda y Carolina Lara;luego el 27 con la performance “Cuerpo-País. Territorio de Sacrificio”, de Guillermo Moscoso, y luego el 30 con “Ancestras”, de Colectiva Efímera.
Para cerrar esta ventana de artistas visuales de la zona, mañana será el turno de Natascha de Cortillas, performista y docente UdeC, con el visionado de su trabajo “Ejercicios de Memoria”, realizado en conjunto con el mexicano Fausto Gracia, el cual a las 17.00 horas tendrá un conversatorio.
“Fue una acción que realizamos el 2013, es un material inédito, algo que nunca habíamos mostrado. Un trabajo súper bonito, el cual hicimos en las ruinas del Mercado Central de Concepción”, comentó De Cortillas.
Palabras a las que añadió que “el mismo miércoles será subido a Microcine el video de la acción y luego en la tarde, vía streaming, estaremos conversando con Fausto sobre aquel trabajo puntual”.
En lo puntual, y entregando más detalles en lo que consistió en sí la performance, la artista manifestó que “fueron varias cosas, pero en el fondo se trató de cuestionar el ejercicio de memoria en torno al patrimonio del mercado. Nosotros sacábamos algunos objetos, para luego devolverlos a su lugar. Por ejemplo, quitábamos algún objeto y luego de tres horas volvíamos a ubicarlo. Íbamos reuniendo todos los objetos en la pileta que tenía al medio el lugar. Era un poco ir dilucidando, a través de ese ejercicio práctico, cuál era el patrimonio real de ese lugar. Qué tan necesario era pensar este espacio, es decir, sólo por patrimonio o efectivamente tenía un espacio real de memoria dentro de las personas”.