En Chiguayante el combate al fuego es una cuestión que se vive cada verano junto a sectores residenciales.
Por Bruno Rozas Hinayado
A propósito de la coyuntura donde instituciones públicas y privadas han anunciado una serie de medidas de prevención y combate a los incendios forestales es que varias comunidades de la Región del Biobío también han comenzado a planificar, desde el punto de vista de la prevención de este tipo de siniestros.
Esto se acentúa en los puntos urbanos donde, de manera histórica, han tenido que lidiar con el fuego en las temporadas de verano, y donde el uso de instalaciones como cortafuegos siempre es una alternativa protagonista.
Uno de los sectores que resultó afectado por estos siniestros del verano pasado es el Valle de la Piedra en Chiguayante. Los vecinos de la zona tuvieron que fabricar sus propios cortafuegos para salvaguardar sus casas, dado que el incendio llegó a los pies de estas.
María Urrejola, vecina de la Población Papen, comentó que “cuando ocurrió el gran incendio del verano, todos los vecinos nos juntamos e hicimos un gran cortafuego, sin embargo igual saltaban ramas y palos encendidos a mi techo”.
Actualmente se encuentra lleno de vegetación el lugar donde se encontraba ese cortafuegos y los residentes planean la refabricación de este.
Otro vecino, Juan Jeréz señaló cómo previene estos incendios. “Hasta el momento no hemos recibido ninguna ayuda por parte ni del municipio ni de la Junta de Vecinos, sin embargo me preocupo de mantener el pasto corto, trato de que me deje un espacio de 5 metros hasta llegar al cerro (Manquimavida) y ahí realicé mi propio cortafuegos”, relató.
Si en Chiguayante el citado Valle La Piedra es un punto de tensión, año a año, por los siniestros forestales en Concepción ocurre lo mismo con el Valle Nonguén.
Pablo Vergara, vecino de Nonguén, relató que “aquí el fuego ha llegado cerca, pero gracias a dios no ha pasado a mayores. En el verano vimos cómo todo el bosque ardía, y lo que atinamos a hacer fue mojar todo alrededor.” declaró.
A raíz de esto, la delegada presidencial Daniela Dresdner, señaló que “llevamos varios meses trabajando en las distintas instancias, con los municipios para ir cubriendo todas esas brechas. Hay una preocupación de lo que puede ocurrir en esta temporada de incendios, y por lo mismo debemos mantener conversaciones entre todos los organismos que están involucrados”.
Asimismo, ahondó en la necesidad que tienen las zonas rurales en relación a su comunicación y el enterarse de lo que está pasando en el momento que se presentan estos siniestros. “Necesitamos nuevas herramientas y hemos puesto a disposición recursos para poder avanzar en la construcción de cortafuegos en las zonas afectadas, al igual que caminos de evacuación por la zonas afectadas”.
Por otro lado, el gobernador de la Región del Biobío, Rodrigo Díaz comentó que “necesitamos evitar que sucedan estos incendios, el instrumento central para evitar estos siniestros está en el nivel comunal. Necesitamos cooperación, necesitamos remar todos juntos. Vamos a ir a las comunas en los próximos días, volveremos a insistir en la organización de los comités comunales, para gestionar el riesgo de estos incendios”.
En esta materia, el gobernador señaló que se habilitará una línea 800 para que los vecinos de sectores rurales y urbanos puedan dar aviso de las problemáticas que pudiesen surgir en materia de estas quemas. Además anunció la acción preventiva sustancialmente mayor por parte del Gobierno Regional, en comparación de la ejecutada en el verano pasado.
“Las condiciones de riesgo son potencialmente mayores este año, por lo tanto, lo imperioso es el trabajo colaborativo. Y una vez que se produzcan estos hechos, tenemos que tener respuestas diferenciadas según las condiciones de cada uno de ellos” finalizó.
De acuerdo a todo esto, resulta fundamental el trabajo en terreno por parte de las autoridades en conjunto con las comunidades, sin embargo, no se debe sólo enfocar la lupa en los sectores rurales, dado que la zona urbana del Gran Concepción igualmente se encuentra propensa a sufrir con estas catástrofes.
Los mencionados sectores del Valle de la Piedra en Chiguayante, el Valle de Nonguén, la zona de Vilumanque y hasta los cerros en la comuna de Tomé, son ejemplos de que en nuestro alrededor igualmente pueden ser víctimas de las llamas, y por lo mismo, prevenir es lo más importante.
Tal como lo informó Diario Concepción en la edición del 14 de noviembre, desde el Congreso piden que el Ejecutivo ponga suma urgencia al proyecto de ley sobre la construcción y mantención obligatoria de cortafuegos y de esta misma manera, regular a la industria forestal.
El verano pasado se quemaron un total de 184 mil hectáreas, las que fueron avivadas por la sequía y las olas de calor que afectaron en esas fechas a la región y al país en general.