Sigue considerándose como una enfermedad de Salud Pública. Incidencia local es mayor a la nacional y desde 2019 se están registrando casos en menores de edad. Tratamientos son efectivos, pero la baja adherencia a estos complica la recuperación.
“Sí, podemos poner fin a la tuberculosis” es el lema que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció para hoy en el Día Mundial de la Tuberculosis, buscando infundir esperanza sobre su tratamiento y cura. Contar con recursos, recomendaciones, medidas e innovaciones para la enfermedad catalogada como una epidemia en forma global.
La tuberculosis es una enfermedad infecciosa causada por una bacteria llamada mycobacterium tuberculosis o bacilo de Koch, que se transmite por vía aérea, a través de aerosoles emitidos por personas enfermas sin tratamiento. Puede afectar a cualquier órgano, pero es frecuente que dañe los pulmones.
Actualmente la incidencia de la tuberculosis en Chile es de 13 casos por cada 100 mil habitantes, lo que correspondió a 2 mil 626 personas en 2021, mientras que a nivel regional alcanza los 16 casos por cada 100 mil habitantes, con una disminución de 2,2% casos menos con respecto del año anterior. “En 2022 un total de 269 personas en la Región fueron diagnosticadas con TBC. Lo que refleja que la tuberculosis aún sigue siendo un problema de salud pública”, aseguró el seremi de Salud, Eduardo Barra.
Razones biológicas, socioeconómicas o una combinación de éstas, implican un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. Durante 2022 entre los casos confirmados se detectaron claves como la dependencia al alcohol, drogadicción, diabetes mellitus y por VIH.
La mayor cantidad de casos en Biobío está entre los 55 y 64 años de edad, con un 68% de varones confirmados.
Desde 2015 la incidencia de la enfermedad dejó de bajar, manteniendo un alza, lo que, según explicó el seremi, llevó a reforzar estrategias buscando eliminarla. Expansión de la capacidad diagnóstica con métodos rápidos de biología molecular (PCR) para la detección oportuna y evitar la resistencia a los antibióticos; tratamiento preventivo para personas con riesgo con esquemas farmacológicos modernos, que resulten mejor tolerados por los pacientes, especialmente, en tuberculosis resistente.
A nivel regional se han capacitado a los funcionarios de los Establecimientos de Larga Estadía de Adultos Mayores (Eleam), agrupaciones de adultos mayores y capacitaciones anuales a funcionarios de todos los niveles de atención, incluyendo a los públicos, para fomentar la pesquisa y el tratamiento oportuno.
Además para la conmemoración del Día Mundial de la Tuberculosis se publicaron afiches en los establecimientos de salud, se realizó un conversatorio en el Cesfam Tucapel, difusión de cápsulas audiovisuales en redes sociales buscando concientizar sobre la importancia de la pesquisa y el tratamiento oportuno.
“Contamos con una red de laboratorios que tiene en menor tiempo el resultado y diagnóstico, que incluye una prueba de sensibilidad a los fármacos de primera línea para tratar la enfermedad”.
El principal síntoma de la tuberculosis es la tos con expectoración por más de dos semanas, que incluso, puede ser con sangre. También se puede acompañar de compromiso en el estado general, baja de peso, fiebre y sudoración nocturna, situación ante la que se recomienda acudir al centro de salud más cercano.
En el Hospital Guillermo Grant Benavente existe un equipo de médicos y enfermeras que conforman el Programa TBC, tanto para atender pacientes adultos como pediátricos, que advierten que el contagio se transmite de persona a persona por el aire, a través de los bacilos que se expulsan al ambiente, siendo capaces de infectar hasta 15 personas.
Lissette Orellana, enfermera a cargo del programa de Tuberculosis infantil en el Hospital Regional, afirmó que desde 2019 en adelante han “visto un alza de pacientes con tuberculosis infantil”. Es muy raro ver un paciente que sea el caso índice de tuberculosis, generalmente, encontramos contactos, pero en estos últimos años hemos tenido entre 4 y 5 niños, menores de 15 años, con tuberculosis. Lo que para nosotros es mucho porque antes se daba un caso cada dos años”.
En 2022 tuvieron 3 casos de tuberculosis infantil en tratamiento el Regional y este año llevan 2 con más de 45 contactos que se tratan con quiomioprofilaxis (antibióticos que permiten evitar enfermar de tuberculosis). Riesgo que se genera independiente que todos los chilenos sean vacunados al momento de nacer, pues bajan el riesgo de la enfermedad, pero no la posibilidad de contagio.
La mayor incidencia se debería, según Orellana, al hacinamiento generado por la pandemia en que los menores son contagiados por los casos índices adultos. “Es algo muy parecido a lo que pasa con el paciente con Covid y, a veces no se encuentra el caso índice porque es una enfermedad altamente contagiosa”.
De los niños que actualmente están en tratamiento hay 2 con tuberculosis miliar, que afecta a los pulmones y al resto de los órganos y el otro es una pulmonar. “Son tratados con antibióticos por 8 meses, que no son convencionales o vendidos en farmacia. Los entrega el Servicio de Salud en forma gratuita para todos los chilenos y extranjeros que vivan en Chile. Lo mismo con los exámenes, radiografías, Tac de tórax y todas las prestaciones que se requieran”.
Para niños y adultos es similar el tratamiento, pero depende del peso, se mantiene por 8 meses y en casos con condiciones más complicadas por más tiempo. Si el paciente es adherente se recupera de la tuberculosis, pero, en general, según la profesional el problema es precisamente la adherencia al tratamiento, pues en general pertenecen a grupos vulnerables, en condición de calle, alcoholismo o drogadicción. Lo que hace difícil mantener un control en los pacientes.
Orellana afirmó que el desafío es grande, pues hay muchos casos de adultos contagiados, contabilizando cerca de 20 casos semanales derivados de la red asistencial, además de los que tienen hospitalizados con los que el universo de enfermos es aún mayor.