Temperaturas podrían alcanzar los 42 grados. El alza de la temperatura corporal, tanto en humanos como en mascotas, podría producir la muerte. Adultos mayores y niños son los más vulnerables ante el fenómeno climático.
Si bien el verano es una de las temporadas más esperadas por la comunidad, pues el clima es más benevolente y las temperaturas, con un promedio de 22 grados celsius, permiten realizar múltiples actividades al aire libre para esta semana el llamado es a protegerse del sol y buscar la sombra, pues según la Dirección Metereológica de Chile, desde Valparaíso hasta Los Ríos se producirá una ola de calor.
El predominio de una masa de aire cálido en conjunto con un área de bajas presiones generarán un aumento relevante de las temperaturas, que en la cordillera de la costa del Biobío la máxima fluctuaría entre 31 y 33 grados celsius, mientras que en valle y precordillera se alzaría entre 40 y 42 grados celsius.
De ahí la importancia de prevenir problemas de salud provocados por el calor reinante. De hecho un estudio recientemente realizado por The Lancet Countdown on Health and Climate Change en conjunto con el Centro de Políticas Públicas UC (CPP), reveló que entre 2017 a 2021 hubo, en promedio, 566 muertes al año relacionadas con el calor en personas mayores de 65 años, lo que fue un 225% mayor en relación con el promedio anual que tuvo el período 2000 a 2004, cuando la media de decesos por esta causa fue de 174 personas al año.
Desequilibrio hidrolítico, insuficiencia renal, agotamiento por calor o el temido golpe de calor, que se produce cuando la temperatura corporal alcanza los 40 grados celsius, son potenciales causa de muerte no sólo en adultos mayores, sino también en niños y personas con comorbilidades como la diabetes o hipertensión.
Jaime Tapia, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Guillermo Grant Benavente de Concepción, aseguró que ante temperaturas extremas como las que se pronostican la deshidratación y el golpe de calor son las repercursiones más graves que se pueden producir. “Las personas más sensibles son los niños, que no tienen desarrollo de su termoregulación y los mayores de 65 años, especialmente, quienes toman medicamentos antidepresivos o vasoconstrictores, que interfieren en la pérdida de calor normal que se genera a través de la sudoración”.
El golpe de calor puede, según explicó Tapia, “dañar órganos vitales como el cerebro y el corazón, producir arritmias, convulsiones, coma e inflamar los órganos internos y, en el evento más grave la muerte por paro cardiaco”.
El compromiso vital o neurológico que produce el golpe de calor en adultos mayores, según la geriatra de Clínica Las Condes, Carolina Taco, podría incluso no revertirse según la gravedad del paciente, pues a diferencia de una persona joven un adulto mayor no tiene la capacidad de adaptarse, su organismo no es capaz de tolerar un cambio abrupto de temperatura. “Como consecuencia, podrían producirse efectos que comprometan el sistema circulatorio, neurológico y renal, además de verse afectados los procesos de coagulación e incluso, los estados de conciencia”.
Además del golpe de calor que se manifiesta con dolor de cabeza, ausencia de sudoración, sequedad bucal, mareos y escalofríos, ante altas temperaturas los adultos mayores pueden presentar cuadros complejos como episodios de delirium que se manifiestan con mayor desorientación, confusión, presión baja y en ocasiones pulsaciones sobre los 100 latidos por minuto.
A partir de los 65 años además surgen casos en que las personas describen mareos al intentar ponerse de pie, condición que si no se revierte rápidamente puede llegar a provocar un fallo multiorgánico con consecuencias fatales.
María Alejandra Ortega, jefa del servicio de Urgencia de Clínica Biobio, afirmó que al exponernos a altas temperaturas o al sol, se pueden producir quemaduras y deshidratación, lo que lleva a presentar cefalea, náuseas, mareo, vómitos, taquicardia y desmayos.
Además, según dijo, ante el golpe de calor la persona debe recibir atención inmediata en un servicio de urgencia, pues el cuerpo al superar los 40 grados celsius no puede termorregularse.
Las exposición al sol también puede dañar gravemente los ojos, aseguró Alejandra Varas, jefa del servicio Oftalmología del Hospital Regional, por lo que es recomendable siempre usar gafas y bloqueador solar en los párpados, ya que el sol y su radiación no sólo puede generar daño a nivel cutáneo, sino también aparición de distintos tipos de cáncer y tumores de piel que son frecuentes en oftalmología.
“Puede producir o acelerar la aparición de una catarata por la radiación, que, generalmente, no se manifiesta inmediatamente, pero sí con los años nos pasa la cuenta y también puede producir daño en la retina, favoreciendo la aparición de una degeneración macular y el melanoma de coroides (tumor maligno en la capa protectora del globo ocular)”, dijo y recalcó que el sol en los ojos es muy dañino, pues produce un efecto similar al que ocurre al mirar directamente un eclipse o rayos láser que pueden producir maculopatía fotópica, la que en términos simples se asimila a freír la retina.
Para los especialistas las principales medidas de prevención ante la ola de calor incluyen evitar la exposición a ambientes muy calurosos o al sol directo entre el mediodía y las 16.00 horas, no hacer esfuerzo y evitar actividades deportivas especialmente las extenuantes, pues pueden producir el golpe de calor.
Usar ropa outdoor que permite la evaporación del sudor, evitar el exceso de abrigo en lactantes e hidratarse continuamente, al menos cada dos horas, además de usar bloqueador solar para evitar el daño en la piel.
La jefa del servicio de Urgencia de Clínica Biobío agregó que post exposición al sol las personas deben hidratarse abundantemente, usar productor para hidratar la piel, descansar en la sombra ligeramente más abrigado, alimentarse y tomar paracetamol u otro analgésico en caso de cefalea o sensación febril.
En caso de presentar elevación de temperatura corporal y/o quemaduras que no se puedan manejar en domicilio, asistir a servicio de urgencia de inmediato.
Los animales domésticos también sufren las consecuencias que genera una ola de calor por lo que la recomendación de especialistas es extremar los cuidados con ellos, pues al igual que los humanos pueden sufrir un golpe de calor cuando su temperatura corporal, que habitualmente tiene un nivel óptimo entre los 38 y 39 grados celsius, puede superar los 42 grados.
El académico y director del Hospital Clínico Veterinario de la Universidad de Concepción Campus Chillán, Sergio Cofré, explicó que los perros pierden calor a través del jadeo, partes del cuerpo libres de pelo como la panza, y también a través del sudor, pero en una pequeña porción en la zona de las almohadillas, como también ocurre con los gatos, por lo que se puede generar la hipertermia o choque de calor.
“Existen ciertos factores que agravan el calor en los animales, por ejemplo, que estén encerrados en lugares que están muy poco ventilados, sin acceso a agua limpia y fresca, individuos que están atados en los patios que no tienen la posibilidad de tener una sombra, pacientes que están en un lugares con mucho cemento y que actúa como un efecto de horno”, explicó Cofré.
A pesar que la mayoría de los animales pueden sortear las alzas de temperatura existen algunos como “los jóvenes, los de edad avanzada o los que tienen enfermedades cardíacas o, incluso, aquellos que tienen malformaciones en sus vías respiratorias como el Bulldog Francés, Bulldog Inglés, o los pequineses en los que hay que estar más atentos (…) también hay que sumar a los individuos gordos, que debido a la gran cobertura y grasa corporal no pueden disipar bien el calor”, indicó.
El especialista recalcó que además de la buena hidratación, ventilación y protegerlos del sol, no se deben sacar a pasear en horario de altas temperaturas y jamás dejarlos al interior de un vehículo.
Incluso el profesional llamó a dejar, en la medida de lo posible, recipientes con agua fresca para que los perros callejeros tengan la alternativa de mantenerse hidratados.