Rebaja tarifaria permitirá un ahorro promedio de $6.000 al mes. Usuarios y transportistas afirman que subsidio del Gobierno debería ser mayor, considerando que no existe recambio de usuarios y alza en combustibles.
Parece un cuento de nunca acabar, pero una vez más los tomecinos deberán tener paciencia y esperar un poco más por la ansiada rebaja en el pasaje del transporte público, que partiría a mediados de enero cuando entre en funcionamiento el perímetro de exclusión de Tomé.
Se suponía según lo anunciado en 2017 por el ex seremi de Transportes, Cesar Arriagada, que antes del término de 2018 comenzaría a regir, pero un déficit de más de $8.000 millones informado en agosto de ese año por el actual jefe de la cartera local de Transportes, Jaime Aravena, una vez más lo aplazó.
En enero de 2020 se logró firmar el convenio que incorporaba a Tomé en el perímetro de exclusión, esperando que fuera implementado el segundo semestre de ese año, pero observaciones al proyecto, realizadas por Controlaría nuevamente ampliaron el plazo y, según dijo el seremi, se respondió las observaciones menores, que calificó como de forma que de fondo, se reingresó y ahora se espera que Contraloría de el visto bueno antes de fin de año para que entre en operación el 15 de enero de 2022.
La aprobación del organismo es vital para el bolsillo de los tomecinos, aseguró Augusto Carvajal que gasta a diario, considerando ida y vuelta, $1.800 desde el centro de Tomé hasta Concepción, suma a la que debe agregar $1.000 de colectivo, pues vive en un cerro, lejos del centro de la comuna. “Son $56.000 mensual sólo en locomoción, es demasiado y llevamos más de 10 años esperando que sea realidad”.
La rebaja en la locomoción, detalló Aravena, será de $150 pesos por viaje entre Concepción y Tomé, es decir $6.000 menos que lo que una persona, que no tome colectivo como Carvajal, tendrá por mes.
“Es ilógico que de Hualqui a Talcahuano la gente pague $530 son 38 kilómetros. En cambio desde Tomé a Concepción es de 28,5 mucho menos. No entiendo eso”, aseguró el usuario.
La respuesta a Carvajal la entregó el presidente de la Federación de buses rurales de Tomé, Bernardo Montoya, quien explicó que el valor del pasaje a Tomé se justifica, pues no existe recambio de pasajeros, pues la mayoría viajan de Concepción a Tomé o viceversa. “De Hualqui a Talcahuano por lo menos el asiento se vende tres veces, hay recambio de pasajeros, esa es la diferencia tarifaria. Al multiplicar $530 por tres nos muestra que el pasaje es más caro en ese servicio que a Tomé”.
Agregó que la compensación en el tramo de Tomé Concepción debería ser mayor, al menos de $300. “Deberían ser más altas como en Santiago donde se gasta todo en locomoción, no en otros proyectos como acá”.
Esperamos que de las platas que lleguen al Gobierno Regional se destine un porcentaje a tarifa, considerando que desde que firmó el perímetro de exclusión se congeló la tarifa, a pesar del alza de combustible.
Agregó que son cautos ante el anuncio de Transportes, pues ya se ha aplazado muchas veces. “En primer gobierno de Bachelet comenzamos a hablar y ya estamos terminando el segundo de Piñera y aún no se concreta”.
Frecuencia, regularidad de servicio y seguridad para los usuarios será, además de la rebaja tarifaria, una de las mejoras que incorporará el perímetro de exclusión en Tomé.
“La gente va a tener una aplicación que le dirá a cuántos minutos viene el próximo bus (…) Muchos viven en Tomé y trabajan o estudian en Concepción, podrán programar sus viajes. Control que se logrará con GPS de control online. Vamos a saber en cada minuto dónde está el bus y tendremos cámaras al interior de los buses para mayor seguridad”, dijo Aravena.
Todo perímetro de exclusión, explicó el seremi, contempla el pago automático, que uniforme a todas las comunas de la Región, pero no es exigible. Las empresas deberán acordar como funcionará y generar un medio de pago único.
Montoya aseguró que la tarjeta de pago sería un gran beneficio para la comunidad y los transportistas, aseguró que cuentan con tres empresas interesadas en poner en marcha un sistema de pago único, pero que requieren recursos para implementar la tecnología necesaria.