Pese al rechazo del proyecto que buscaba prohibir y sancionar la práctica, autoridades y parte de la ciudadanía dicen que son actividades que se deben erradicar.
El pasado jueves la Cámara de Diputadas y Diputados rechazó, por falta de quórum, el proyecto que busca prohibir y sancionar la organización de carreras de perros en Chile. Al momento de votar la moción obtuvo 59 respaldos, 40 negativas y 22 abstenciones.
Esta votación no fue suficiente, por lo que la iniciativa quedó archivada y no se podrá legislar al respecto hasta pasado un año. En definitiva, el proyecto buscaba modificar Ley 20.380 sobre la Protección de Animales y así prohibir toda carrera de perros, cualquiera sea su raza, en todo el territorio nacional. Para ello, se establecía una sanción de presidio menor en su grado mínimo y una multa de hasta un millón y medio de pesos.
Las posiciones en la discusión del proyecto fueron muy contrapuestas. Los defensores del proyecto pidieron eliminar esta actividad por considerar que atenta contra los animales. Enfatizaron que se trata seres sintientes, que reciben tratos vejatorios.
“La gran mayoría en Chile está en contra de las carreras de perros y está en contra del rodeo, que es un proyecto que se va a ver en octubre. Para nosotros no es tanta la sorpresa porque sabemos que esta composición del Parlamento es bastante retrógrada y esperamos que la Convención Constitucional reconozca los derechos de los animales, porque hoy el sistema jurídico chileno los considera ‘bienes muebles’”, sostuvo Félix González, diputado del PEV por el Distrito 20, sobre la votación en la Cámara y el manejo de los derechos de los animales.
En el ámbito legal, cuando se discutió la aprobación de la Ley General de Protección Animal (20.380), durante el año 2009, las distintas coaliciones políticas acordaron la aprobación de esta ley, luego de 14 años de tramitación, a cambio de dejar fuera de forma expresa al rodeo chileno y otras actividades que utilizan animales.
La discusión en torno al proyecto que buscaba prohibir las carreras de galgos, despertó el debate sobre el tema más importante que es el maltrato y crueldad animal. Principalmente en prácticas como el rodeo, las carreras caninas, entre otras.
Otras opiniones sobre la iniciativa calificaron a los criadores de perros galgos como “los verdaderos animalistas” y que la prohibición atenta contra las tradiciones de nuestro país. En esta línea intervinieron diputados del oficialismo que manifestaron que, más que prohibir las carreras, hay que regularlas y fiscalizarlas. Además, descartaron de plano que los maltratos descritos en el proyecto sean la norma.
“Lo indubitable, desde una perspectiva sociocultural, es que los usos y costumbres – entre ellas algunas ‘tradiciones’ – están siempre sometidas al escrutinio social en cada etapa de la vida societal. Nada es perenne y el cambio es la constante. Cuando la sociedad avanza en la superación estrecha del antropocentrismo para aceptar el imperativo de la relación armoniosa del hombre con otras especies y el medio ambiente, esas prácticas – que antaño fueron tradiciones en ciertos ámbitos socio-espaciales – hoy resultan un agravio inaceptable”, explicó el sociólogo, Manuel Rodríguez, sobre las tradiciones ligadas a prácticas con maltrato animal.
En la misma línea, Sofía Durán, candidata a diputada por el Distrito 20 y animalista, sostuvo que “las tradiciones de nuestro país son necesarias en la medida de que se prohíba el maltrato animal, considerando también prácticas como el rodeo y muchas más”.