En Concepción existen tres ollas comunes manejadas por Voluntarios Biobío en las poblaciones de Barrio Norte, Teniente Merino I y Pedro de Valdivia bajo. Todas ellas producen alrededor de 14.400 raciones de comida al mes.
Sin embargo, el desgaste, tras meses de pandemia, ha generado que este sea el último día de actividad en Barrio Norte. “La gente que coopera en la olla tiene necesidad de trabajar, más considerando que la ciudad está volviendo a la normalidad, por lo que nos vimos en la penosa realidad de terminar con la labor en el sector, lo cual es lamentable, porque quedarán 270 personas sin alimentación (4.800 almuerzos al mes)”, explicó el vocero de Voluntarios Biobío, Joel Arroyo.
Palabras que complementó Carolina Suazo. “Yo coopero en dos ollas comunes, de lunes a sábado, y el cansancio se me está notando, al igual que a otros voluntarios, lo que se suma a que me estoy quedando sin ahorros y debo comenzar a buscar trabajo, pese a que la situación sanitaria no es la mejor. A mí me gustaría seguir ayudando, porque hay harta necesidad en la población, la que quedó en evidencia más aún con la pandemia”, comentó.
Considerando que, desde mayo a la fecha, la red de voluntariado ha entregado recursos alimentarios por cerca de $52.000.000, se hizo necesario solicitar ayuda a la Municipalidad de Concepción, aseguró Arroyo.
“Nosotros no queremos que las otras ollas comunes tengan el mismo final, es por ello que queremos que las autoridades se hagan cargo del problema y, a su vez, hacer un llamado a quienes quieran colaborar y tengan el ánimo, que se sumen a nuestra red. Por ello, le entregamos una carta al alcalde Álvaro Ortiz para ver la posibilidad de gestionar un espacio físico y darle una salida institucional al problema de alimentación”, comentó el vocero, Joel Arroyo.
Consultado al respecto, el alcalde Ortiz señaló que “la situación de la olla común, que se realiza en el Club Deportivo Unión Progreso de Barrio Norte, será evaluada por equipo municipal para, dentro de nuestras competencias, seguir apoyando al sector”.
En la misma línea, el jefe comunal penquista argumentó que “además de proporcionar mascarillas y otros elementos de seguridad para la olla de Barrio Norte, como municipio modificamos nuestros presupuestos para llegar con recursos propios a cerca de 15 mil hogares. Asimismo, y para seguir apoyando a las organizaciones en este contexto de emergencia sanitaria, realizamos modificaciones en las bases de postulación para las subvenciones municipales 2021, por lo cual, podremos apoyar iniciativas de organizaciones que colaboren a enfrentar las consecuencias de la pandemia”.
El presidente de la Junta de Vecinos Cristóbal Colón de Barrio Norte, Osvaldo Moyano, lamentó el cierre de la olla común, porque “es una necesidad que hay que atender, la falta de voluntarios nos pegó fuerte, pero entendemos que tras ocho meses de ayuda, tienen que retomar sus vidas y volver a su realidad, por lo que esperamos la posible ayuda del municipio o, incluso, del Estado, para que se hagan cargo de la cesantía y el hambre que hay en nuestro sector”.