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Profesores reconocen sufrir estrés por clases a distancia

No sólo deben cuidar a sus hijos y realizar tareas propias del hogar, sino también lograr avances en sus alumnos y ser un soporte emocional para muchos afectados por la pandemia.

Por: Ximena Valenzuela 22 de Junio 2020
Fotografía: Archivo

Si bien la vocación mueve a los profesores a educar a sus alumnos, a pesar de la distancia, la carencia de medios técnicos y la desmotivación de los niños complican la labor. Reconocen que trabajan más de lo habitual y que se han transformado en un soporte emocional para los menores.

“Es una etapa complicada. Tengo un quinto básico a mi cargo, no todos tienen Internet, algunos están tristes y requieren un apoyo emocional mayor. Preparo guías, resuelvo dudas, atiendo a apoderados y coordino la llegada de las canastas. Fácil son 12 sin parar, lo que genera estrés”, aseguró Juan Molina, docente de matemáticas de Talcahuano.

El trabajo aumentó en 200%, aseguró Nathalie Rojas, docente de Español de un liceo penquista. “La gente dice los profes están tranquilos en la casa, pero no saben que preparar una clase toma dos horas, dos más en una guía y que el trabajo ahora es personalizado, respondiendo dudas todo el día y apoyándolos porque el 85% de mis alumnos son de familias vulnerables y en sus casas no tienen quién los ayude”.

La próxima semana Rojas tomará su posnatal. “Me da pena dejarlos ahora, hago clases de primero a cuarto medio y muchos quieren entrar a la universidad, pero entre las molestias propias del embarazo, cuidado de mi hija y el hogar es imposible seguir”.

Pamela Villagra, profesora de Español de un colegio de Lota, aseguró que si bien el establecimiento en que trabaja ha apoyado con Internet y equipos a los menores, el trabajo se hace pesado, porque debe estar pendiente del correo, revisar las guías y enviar las correcciones, además de las clases online. “Hay que estar muy atentos, algunos están estresados por el confinamiento o problemas en sus casas. Hacer clases ahora es un desafío mayor”.

Villagra, que hace clases a séptimo y octavo básico, aseguró que “el colegio no nos exige más de lo habitual y nos brinda bastante apoyo, pero es uno quien se autoexige para lograr avances”.

El presidente regional del Colegio de Profesores, Boris Figueroa, aseguró que la situación es complicada, especialmente, para docentes de Matemáticas, Lenguaje, Ciencias e Historia, que trabajan en colegios municipalizados o subvencionados, porque los alumnos y algunos profesores no tienen la tecnología ni competencias para trabajar en las distintas plataformas. “Hay mucho estrés entre los profesores, hay hartos con licencia psicológica por la exigencia que implica”, contó.

Agregó que del ministerio de Educación no han recibido apoyo psicológico y tampoco una apertura a la realización de clases por televisión abierta, a pesar que solucionaría la brecha, porque alcanzaría al 100% de los escolares.

Al ser consultado por apoyos para los docentes, el seremi de Educación, Fernando Peña, aseguró que a través del Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas (Cpeip), se ha orientado la oferta de formación docente a metodologías de aprendizaje a distancia “para preparar de mejor manera a los profesores en el uso, tanto de herramientas como en el proceso electivo propiamente tal. La apuesta del ministerio es que en la medida que se eliminen brechas y haya mayor preparación para asumir en propiedad el proceso formativo a distancia, ayude a bajar la carga y el estrés propio de la situación que estamos atravesando”.

Recomendaciones

Para Fabiola Sáez, académica de la Facultad de Educación de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, es natural que los docentes sientan temor, desesperanza o estrés provocados por el confinamiento y el desafío que implica la educación virtual, así como también por su rol en la contención emocional de los alumnos.

La licenciada en Educación y doctora en Psicología dijo que se deben identificar las problemáticas que están viviendo y que exista retroalimentación con los directores de los establecimientos para afrontar de forma focalizada el problema educativo y apoyar su labor.

Para que el trabajo sea fructífero, pero no tan estresante, recomendó a los docentes tener una postura flexible, ajustar las expectativas, lograr una comunicación y colaboración efectiva, así como también desplegar estrategias de regulación emocional, adoptar una actitud positiva y cuidar las horas de sueño.

Eliseo Lara, director de Pedagogía en Educación Media de la Universidad Andrés Bello, dijo que no existen recetas únicas, sobre todo, considerando la incertidumbre que existe en la educación, pues los docentes no saben cómo terminará el año académico y hay poca claridad sobre los procesos y resultados a los que se quiere llegar.

A las labores académicas, se suman las propias del hogar como el cuidado de los hijos. Por ello, Sáez recomendó que sean flexibles en el desarrollo de su trabajo, que no exista “una idea cerrada de una relación acción-evaluación. Sino más bien, intentar conciliar actividades, procesos y desarrollo de habilidades para el logro de un objetivo de aprendizaje”.

Aseveró que mayor calidad es menor cantidad, por lo que no hay que saturar de actividades a los estudiantes, sino establecer un trayecto de aprendizaje, pues una exigencia que tiene siempre el sistema educativo son las evidencias y esas serán el avance que se alcanzó. “Y no una exigida meta previamente establecida por una homogeneidad curricular, porque las desigualdades hoy están incidiendo más que nunca, al extremo de indicar que se viene una fuerte alza en la deserción escolar, según el propio Ministerio”, manifestó.

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