Especialistas aseguran que se les debe apoyar emocionalmente para evitar que no caigan en estrés. Mientras la Seremi ya prepara apoyo psicosocial para el regreso a las aulas.
“Las vacaciones son para ir de campamento, la playa y conocer nuevos lugares. Ahora, por el coronavirus, no se puede ir a ningún lado y mis amigos no pueden venir… no son vacaciones, estoy aburrida”, sentenció Pía Cifuentes, 11 años, alumna de quinto año del Colegio Sagrado Corazón de Concepción.
El concepto de vacaciones de invierno, ocupado por el Gobierno para ordenar el calendario escolar y así salvar el año académico afectado por la pandemia, no es aceptado por los niños y tampoco por el Colegio de Profesores ni por psicólogos ni psicopedagogos que advierten que los menores se estresan al igual que los adultos y que, por lo tanto, llamarle vacaciones a un período de aislamiento social como el que estamos viviendo sería totalmente equivocado.
Los especialistas entienden que la medida y el concepto que se le dio fue necesaria, pero recalcan que “ni a nivel simbólico ni práctico son vacaciones (…), por eso, es importante tener rutinas entretenidas con los niños, confianza para hacer preguntas, que se sientan apoyados para evitar que el estrés del encierro aumente”, aseguró Nicolás Obreque, psicólogo de la Red MirAndes.
Según Aníbal Navarrete, secretario general del Colegio de Profesores Regional Bío Bío, la emergencia sanitaria hace necesario que los padres den contención a los estudiantes, integrándolos en las tareas del hogar y enseñándoles a ser solidarios con quienes hoy están afectados por el Covid-19. “Quizás la pandemia y todo lo que está sucediendo nos deje como enseñanza que debemos abandonar el individualismo”, comentó.
“Adelantar las vacaciones fue una medida administrativa, pero en ningún caso es una invitación para que los niños rompan la medida de aislamiento social. Esa decisión busca dar al Ministerio de Educación la posibilidad de modificar el calendario escolar”, dijo el seremi de Educación, Fernando Peña.
Se supone que las clases se retomarían en mayo, según la última medida comunicada por el Gobierno, pero debido al avance del Covid-19 , dependerá de la autoridad sanitaria la vuelta y no se descarta que se realice el próximo semestre.
En cuanto al regreso a clases, aseveró que se considerará apoyo psicológico y psicopedagógico para los alumnos, igual como sucedió tras el terremoto de 2010, buscando que se retome a la normalidad y sanar las heridas que aquejen a los miembros de la comunidad educativa.
Por el momento, explicó Peña, se ha trabajado con los colegios para que entreguen contención emocional a todo el mundo escolar. “Estamos muy conscientes del miedo y la ansiedad que hay en la sociedad. Por ello, cobra aún más fuerza el llamado a la calma y prudencia, para no adicionar al problema sanitario otros relacionados a la salud mental”, y agregó que los padres deben procurar un ambiente de tranquilidad en los menores, a pesar de la contingencia que se está viviendo.
Navarrete concordó con el seremi en que a la vuelta a clases se debe establecer contención a los estudiantes, para que sociabilicen experiencias y así disminuir el impacto emocional de la pandemia. En cuanto al estudio, comentó que cada alumno debe hacerlo a su ritmo, pues saben que menos del 50% tiene acceso a Internet lo que implicará de todas formas una nivelación de contenidos.
Además de nivelar contenidos, para la psicopedagoga Francisca Obando, el trabajo psicopedagógico y psicológico será esencial al volver a clases, especialmente para niños con necesidades educativas especiales y para los más pequeños, que muchas veces no entienden lo sucedido, sin recargarlos de tareas ni evaluaciones, considerando que no descansarán a mitad de año.
Técnicas para no entrar en colapso
La psicopedagoga, Francisca Obando, aconsejó a los padres no entrar en colapso ni estrés innecesario, pues sin querer repercutirá en el aprendizaje de los estudiantes.
Durante el aislamiento social recomendó armar rutinas de estudio, ojalá en las mañanas, con pequeños break entre asignaturas, no sobre cargarlos con dos o tres tareas a la vez, rutina que debe ser orientada y acompañada de un adulto, abordando de forma entretenida y lúdica los contenidos, sobre todo, con los más pequeños. No realizarlo de forma tan estricta, sino en equipo, aprovechando de usar la tecnología de forma positiva con videos o dibujos complementarios a las asignaturas.
“En las tardes, realizar actividades recreativas que desarrollen y potencien habilidades que puedan tener los niños, armar juegos con elementos reciclables, practicar algún instrumento, jardinear, leer, cocinar, realizar deporte en casa”, afirmó y agregó que se debe hacer trabajo motriz, evitando que la cuarentena sea sinónimo de sedentarismo.
El área socioemocional también es afectada. Por ello, es bueno realizar video llamadas con amigos y familiares, pues si a los adultos les cuesta estar en casa durante el aislamiento social, a los niños les cuesta el doble.
