Facebook, Twitter, Instagram y WhatsApp se transformaron en plataformas relevantes para lo que ha vivido el país en los últimos meses. Entendidos en la materia dan sus impresiones de cómo estas influyen en la movilidad nacional.
A un poco más de 80 días del estallido social del 18/O, son varias las interrogantes que surgen en torno a la influencia de las redes sociales en la movilización que puso en jaque los poderes Ejecutivo y Legislativo de Chile.
El descontento generalizado de una gran parte de los chilenos, quienes cansados de las injusticias sociales se volcaron a las calles exigiendo sus demandas, se vio ampliamente reflejado tanto en Facebook, Twitter, WhatsApp e Instagram esto, ya que en ellas se difundían las convocatorias, lo que llevó a muchos, incluido el gobierno, a pensar que sin ellas la movilización social no hubiese sido efectiva.
Tanta convicción había respecto a esto que el Gobierno del Presidente, Sebastián Piñera, dio a conocer un informe “Big Data” donde se buscaba encontrar una cabeza articuladora del estallido social, dando a conocer peaks de interacciones tales como: #EstoPasaEnChile, #PiñeraRenuncia, #ChileViolaLosDerechosHumanos, entre otros, culpando incluso a los cantantes de K-POP como artífices del despertar social.
Daniel Halpern, director Tren Digital y profesor de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Católica, comentó que hay un error conceptual al pensar que las Redes Sociales influyeron en el estallido social.
“Que la gente se haya movilizado en las calles, no es por ellas, ya que hace 30 años, en Santiago, cuando fue el Plebiscito del 88, hubo la misma cantidad de personas marchando que el 25 de octubre, sin haber redes sociales en ese tiempo. En otras palabras, si el Gobierno hubiera bajado WhatsApp , Twitter y Facebook, no quiere decir que la gente no se haya reunido”, señaló.
Halpern, además argumentó que “hace 30 años el movimiento tenía un líder, que estaba representado por Patricio Aylwin y se movilizaban en torno a los personeros de los partidos de oposición, bajo un esquema de liderazgo establecido que era capaz de aglutinar con una característica potente, situación que no pasó ahora, ya que hoy el movimiento es de influencias”.
La antropóloga de la Universidad de Concepción (UdeC), Noelia Carrasco, en tanto, indicó que no se puede negar que han sido determinantes en las movilizaciones, algo que no sólo se ha dado en Chile, sino en el mundo en general. “Desde mi perspectiva etnográfica las redes sociales han jugado un rol en la masificación y en la inclusión de múltiples formas de entender la crisis, de enfrentarla y de vivirla”.
Concordó con Halpern respecto que el movimiento sólo utilizó las redes sociales, no nació en ellas. “Cada movimiento obedece a su historia, a su contexto y a sus condiciones para poder masificar las demanda. Sin embargo, han sido ellas, las que han permitido que se cumpla con esta dimensión. Sin esta no estaríamos viendo los alcances y las lecturas múltiples y diversas que se han dado en la crisis, ya que no hay líderes”, sostuvo.
En la misma línea, el sociólogo y académico de la UdeC, Manuel Antonio Baeza, destacó que mucho de la masividad en las convocatorias se debe a la eficacia de las redes sociales.
“Esto porque hay un flujo de informaciones que llega a muchas personas en forma inmediata, reduciendo tiempos de espera, pudiendo incluso anticipar acontecimientos potencialmente críticos en ciertos escenarios públicos que se consideren sensibles. Hay que entender que una nueva Constitución no se definirá mediante el uso de redes sociales”, concluyó.