En promedio la protección de locales cuesta $1.800.000. Por ello, la Cámara de Comercio afirma que no es opción sacar el blindaje hasta que terminen las manifestaciones violentas.
Tras los saqueos que han afectado a los comerciantes del centro de Concepción, que suman 137 hasta el lunes pasado, ha cambiado por completo la estética del centro penquista.
De las adornadas vitrinas navideñas, tradicionales en diciembre, que incluso concursaban por ser la más atractiva, ya no hay nada.
Ahora, los locales comerciales están totalmente blindados, duras placas de acero cubren los escaparates. Las amplias puertas, muchas automáticas, pasaron a ser pequeños ingresos por lo que caben sólo una o dos personas a la vez.
La situación antes descrita abre de inmediato la incógnita sobre qué sucede en caso de un incendio, cómo actúan las estructuras reforzadas y qué implicaría para Bomberos al momento de controlar un siniestro con las nuevas condiciones del comercio.
José Pedreros, comandante del Cuerpo de Bomberos de Concepción, afirmó que, en caso de un siniestro, el ingreso a los locales sería complicado, por lo que deberían realizar una entrada forzada, es decir, cortar las planchas de acero.
“Hicimos un análisis, a través del departamento técnico del Cuerpo de Bomberos, en base a lo que está sucediendo y vemos que cada vez se cierran más. Veremos la posibilidad de visitar los centros comerciales que han estrechado sus ingresos. No sabemos si habilitaron vías de escape en caso de emergencia”.
Calificó como preocupante el blindaje y aseveró que entregarán información sobre vías de evacuación a locatarios y al Gobierno Regional (Gore), para que se respete y exija.
Reconoció que la medida podría implicar un gasto extra para los comerciantes, pero recalcó que no hay “nada más valioso que la vida”.
Eduardo Humeres, capitán de la Séptima Compañía de Bomberos, detalló que, producto del blindaje, no sólo se generarán problemas para el ingreso de personal, materiales y rescate de posibles víctimas, sino que también, sumado a otras condiciones propias del incendio, puede producirse en casos extremos el fenómeno llamado Backdraft, que se presenta en incendios no ventilados.
“Cuando nos encontramos con un incendio en que no tenemos visible el fuego, mucho humo al interior y, adicionalmente, no posee aberturas que permita el ingreso de oxígeno en cantidades suficientes para que haya combustión, se puede producir, en el peor de los casos, un Backdraft o una explosión al interior de la estructura producto de un ingreso no controlado de oxígeno. Explosión que es muy violenta y peligrosa”.
Precisó que si bien el blindaje podría retrasar el combate de la emergencia, entienden que los locatarios quieran defender sus negocios de posibles ataques y saqueos. “Están en su total derecho, por lo que nuestra estrategia de trabajo debe ser más elaborada y precisa. Son situaciones que están dentro de las capacitaciones de Bomberos y se deben saber aplicar a cabalidad”.
Para el jefe de la carrera Prevención de Riesgos y Medio Ambiente del Instituto Profesional Virginio Gómez, Arturo Godoy, el blindaje de locales comerciales implica una serie de consecuencias, por ejemplo, la falta de ingreso de luz natural, altera la percepción estacional, lo que se refleja en los riesgos psicosociales de los trabajadores.
Además, según dijo, los blindajes disminuyen el ingreso de aire y aumentan la temperatura al interior del local, considerando los materiales que usan, lo que aumentaría aún más en la temporada estival.
Godoy agregó que el blindaje podría dificultar el proceso de evacuación en caso de emergencia. Recalcó que es obligación de los comerciantes no bloquear las salidas de emergencia, menos aún con trabajadores en su interior.
El ingeniero en prevención de riesgos afirmó que para enfrentar una emergencia, se debe contar con un plan en cada local ante incendios, saqueos o, incluso, estar expuesto a gas lacrimógeno. Deben determinar vía de evacuación, quién estará a cargo de activar y guiar el proceso.
“Dada la contingencia tener instrucción en el uso de extintor (…) tener otros elementos como botiquín de primeros auxilios, bastante hidratación para sus trabajadores y ventiladores para mejorar las condiciones básicas de seguridad en el trabajo, ya que es válido proteger los locales comerciales, pero prevalece aún más el derecho de protección de la seguridad y salud de sus trabajadores”.
Sara Cepeda, vicepresidenta de la Cámara de Comercio de Concepción, aseguró que el gremio tiene claro que con el blindaje de locales deben aumentar las medidas de seguridad para lo que cuentan con “una sobredotación de extintores en cada local y también con salidas de emergencia, en el caso de las galerías”.
A pesar de los riesgos que pudieran enfrentar, Cepeda dejó en claro que no retirarán el blindaje de las tiendas, pues es lo único que les otorga protección ante saqueos.
Además, explicó que la protección constituyó una alta inversión considerando el uso de acero “porque el aluminio lo cortaban igual, no sirvió. El acero cuesta en promedio $1.800.000, a eso hay que agregar $60.000 diarios por abrir y cerrar el local, porque quedan sellados. Por lo tanto, sacar el blindaje no es opción hasta que paren las marchas y el vandalismo”.
Fotografías: Raphael Sierra P.