Ciudad

Residencia Roberto Paz: el lugar donde renace la esperanza de vivir

Por fuera parece una casa más, pero lo que allí se vive cada día, remece hasta el más duro de los corazones. Es un punto de luz en esta ciudad, que ha permitido a decenas de personas, que vivían en la calle, volver a encaminar el rumbo e intentar sanar el alma.

Por: Diario Concepción 18 de Agosto 2019
Fotografía: Cedida

Por: Ximena Perone Chávez

Hace siete años comenzó a funcionar en Concepción la residencia Roberto Paz de la Corporación Catim. Una casa que tenía como desafío acoger y rearmar la vida de quienes vivían en situación de calle. Un lugar que buscaba hacer visibles a aquellas personas que permanecían ocultas al resto de la sociedad.

Es así como comenzó un trabajo que ha permitido recibir en la residencia, a más de 250 personas en estos años y que ha reinsertado a la vida social, familiar y laboral a cerca de un centenar. Son pocas las instancias o instituciones que pueden atribuirse la capacidad real de cambiarle la vida a una persona, que ha vivido en la más profunda soledad. La casa de calle Bulnes ha cambiado el paradigma de la rehabilitación a nivel institucional y ha demostrado con experiencias concretas, que quien estuvo perdido en las drogas o en el alcohol, hoy pudo formar una familia, o aquel que sin estudios, no conocía más que la pobreza y miseria de la calle, hoy pudo aprender un oficio y encontrar un trabajo.

En unos minutos es posible conocer historias muy tristes, pero que a medida que avanzan en su relato, la esperanza aflora en el brillo de los ojos de sus protagonistas. Eduardo, tiene 33 años y hace uno perdió a su esposa y a su hijo. Eso fue devastador, se vino abajo sin que nada lo sacara de esa depresión. “Lo que me llevó a la calle fue la pérdida de mi familia. Eso me llevó a la calle y estuve muy mal. Con problemas de drogas, alcohol, cosas que no había probado nunca antes y estando en la calle eso me llevó a un intento de suicidio. En uno de estos tantos intentos, me pillaron en la calle con hipotermia y me derivaron al hospital Higueras y de ahí al albergue de Gaete en Talcahuano. Ahí empezó mi tema de superación, al ver en lo que me estaba convirtiendo”. Para Eduardo estos meses han sido los más difíciles de su vida, sin embargo, encontrar esta casa, que hoy es su familia, le ha permitido hacerse cargo de sí mismo y mirar con mayor claridad su presente.

En este lugar viven jóvenes, adultos, personas mayores y también migrantes.

Enrique es argentino. Después de 5 años de dejar su país, nunca más volvió a San Juan, su ciudad. Tras la cordillera quedó su familia, una vida de recuerdos y una pequeña hija. Para este joven de 41 años, de aspecto delgado y mirada tranquila, esta casa le ha cambiado la vida. Muy emocionado relata que está en un momento en el que está bien y dice que se le nota. “Estoy feliz, tengo muchísimo diálogo con mi viejo, con mis hermanos, esta casa la verdad es que me cambió la vida. Lo que todos los profesionales hacen para apoyar esta casa es algo que quiero que sientan que este lugar es increíble, cambia muchísimo a la gente. Por parte de todos los monitores, hay mucha comprensión, y da mucha felicidad decir lo que realmente pasa en esta casa”.

Segunda oportunidad

Para Richard esta fue una nueva oportunidad para reconciliarse con Concepción con su gente y encontrar un trabajo. “Hui mucho tiempo por problemas familiares, por problemas existenciales, y ahora que volví, volví sin nada y esta casa me abrió las puertas y significa mucho para mí. Quiero dar las gracias a los que nos ayudan, porque lo hacen desinteresadamente, porque dejan las cosas que tienen que hacer para escucharnos, para apoyarnos, para sacarnos a caminar y echar nuestra furia afuera. Los chiquillos son muy importantes, son excelentes profesionales. Y Se agradece que exista un sistema con una casa así en donde vivimos personas que necesitamos una mano y no teníamos cómo empezar, aquí se nos dio esa oportunidad”. Comenta.

Para el sociólogo y director de la residencia Roberto Paz, Jorge Bustos, estos siete años de arduo trabajo en la Corporación Catim han dado sus frutos. “Estamos bastante a caballo de lo que es la situación de calle, buscamos generar nuevas políticas públicas, nuevos espacios en los que nosotros podamos lograr la reinserción social, nosotros buscamos que los invisibles sean visibles y que salir de la calle y romper con ese mito de que las personas nunca lo pueden hacer, nosotros creemos que sí, se puede”.

La implementación de residencias es parte de una política pública, que nace el año 2012 y la Casa Roberto Paz, que es administrada por Catim, fue la primera en su tipo implementada a nivel nacional. De ahí que este aniversario tiene un carácter especial, además se celebra en el mes de agosto, instaurado como el “Mes de la Solidaridad” en homenaje a la figura del padre Alberto Hurtado, quien murió el 12 de agosto de 1952.

Detrás de esta iniciativa existen profesionales técnicos, terapeutas ocupacionales, y psicólogos que apoyan con herramientas y con un programa definido, la reinserción de sus residentes. El apoyo que el Ministerio de Desarrollo Social y Familia entrega a organizaciones como Catim, permite que espacios como este puedan seguir funcionando en Concepción, más aún cuando se torna urgente atender estas problemáticas sociales que han aumentado considerablemente en los últimos 10 años. Muchas de las personas adultas que hoy vemos durmiendo en las calles, en cajeros automáticos o en salas de espera de hospitales, hicieron de estos lugares su refugio en la niñez. En Chile la realidad que viven los niños en situación de calle es alarmante y nuestra región se sitúa en el 4to lugar a nivel país en esta condición.

Para el seremi de Desarrollo Social y Familia de Bío Bío, “Esta condición de vulnerabilidad es un desafío público, pero no porque sean públicos significa que sólo los va a solucionar el Estado. Para nosotros en este gobierno la forma de arreglar los problemas en el país es trabajando todos juntos, aquí no sobra ninguna mano, las necesitamos a todas. Que estén aquí representantes de las universidades, de empresas, de la sociedad civil, quiere decir que se puede lograr la inclusión”. El secretario de la cartera estuvo presente junto a los profesionales y los residentes de la casa Roberto Paz en la celebración de estos 7 años de funcionamiento, un día que deja muchas reflexiones y una radiografía breve pero representativa de una problemática que urge atender y solucionar: dar un espacio de acogida a aquellos que han hecho de la calle su día a día.

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