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Especialista entrega recomendaciones para mitigar los daños que dejan tornados y trombas

El arquitecto y académico de la Universidad Andrés Bello, Patrick Spencer, recalcó la importancia del tamaño de las superficies vidriadas y la forma de las techumbres.

Por: Daniela Salgado 05 de Junio 2019
Fotografía: Isidoro Valenzuela M.

Nuevos desafíos en materias de construcción dejó el paso de tornados por la Región del Bío Bío. En esa materia, el arquitecto y académico de la Universidad Andrés Bello, Patrick Spencer, entregó una serie de recomendaciones para mitigar el daño que provocan estas catástrofes naturales.

Y es que los hechos registrados en Los Ángeles, Talcahuano y Concepción dejó 668 viviendas con daños de diversa consideración. De ellas, cinco quedaron totalmente destruidas.

A juicio de Spencer, “una de las catástrofes naturales con mayor potencial de daño a nuestra infraestructura, es sin duda alguna, la tormenta tipo huracán o eventos climáticos similares”.

Las techumbres

El arquitecto aclara que prácticamente cualquier tipo de estructura ligera puede ser levantada por un fenómeno como un huracán o un tornado.

Pese a ello, una alternativa es usar materiales pétreos de mayor densidad como el hormigón armado; sin embargo, no embargo en casos de terremotos o tsunamis las construcciones pesadas pueden generar daños mayores.

Por tanto, no solo se trata de los materiales sino también en la forma en que se ocupa, en cuanto a la aerodinámica.

“Es importante que las techumbres tengan suficientes inclinaciones y que, en lo posible, no tengan elementos como aleros o extensiones que permitan ser una superficie que empuje para las corrientes de viento ascendentes”.

En efecto, la recomendación es a preferir formas cursas, evitando encuentros ortogonales y extensión de muros que permitan generar resistencia.

Ventanales

La resistencia que pueden alcanzar los elementos acristalados tiene que ver con la carga puntual que pueda recibir, en kilogramos.

Lo anterior, dependerá del tipo de cristal y su espesor.

“El tamaño de la superficie vidriada también influye, puesto que, a mayor dimensionamiento del ventanal, el impacto de un objeto propulsado por el viento, podrá causar un mayor daño”, aseguró.

Agregó que “es recomendable que las personas tengan implementado algún sistema de protección en los vanos (distancia entre apoyos de un elemento estructural) de sus hogares. Esto puede ser, desde paneles de madera que se coloquen mediante fijaciones de manera temporal por el exterior de la ventana, hasta cortinas metálicas motorizadas que permitan cubrir las ventanas en cuestión de segundos”.

Una buena opción es el vidrio templado ya que es resistente y no está propenso a fallar debido al estrés térmico. El vidrio laminado se comporta de manera similar.

Una favorable reconstrucción

Temas de distanciamiento entre edificaciones, materiales, geometría y forma de las construcciones, entre otros, jugarán un rol importante en ayudarnos a resistir el siguiente embate del clima. Construir de “espaldas” al mar en temas de fachada, preferir superficies vidriadas de menor tamaño, diseñar techumbres resistentes y siempre cubrir ventanas con protecciones opacas, cerró.

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