Ciudad

Plan regulador comunal, un rayado de cancha necesario

Realizarán un catastro para determinar cuáles están dentro de norma o a punto de culminar su vigencia. La idea es que todas las comunas los tengan actualizados para poder contar con una mirada de futuro que aporte certezas.

Por: Ximena Valenzuela 03 de Febrero 2019
Fotografía: Andrés Oreña P.

Es habitual que escuchemos que los municipios están modificando sus planes reguladores, pero, en general, muchas personas no están al tanto de los alcances que el proceso puede tener para el diario vivir.

Y es que, dependiendo de los cambios del instrumento, que se determinan de acuerdo a las proyecciones de crecimiento de las ciudades y visión de cada comuna, usted podría tener cerca de su casa: fábricas, edificaciones en altura, colegios, centros de salud, talleres artesanales, restaurantes, instalaciones de Carabineros, Bomberos y PDI, entre otros.

Las disposiciones del plan regulador comunal, que son elaboradas por los municipios, también tienen relación con la estructuración del sistema de centros poblados de la zona en relación a: límites urbanos, infraestructura, vialidad, sistema de aguas lluvias y cauces naturales.

Se incluyen además las áreas verdes y equipamiento, zonificación, usos de suelo, constructibilidad, densidades y acceso a bienes públicos, entre muchos otros factores, de ahí la importancia de que los instrumentos de planificación comunal se modifiquen.

Por ello, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, Minvu, está trabajando actualmente en cuatro estudios que permitirán modificar los de Tomé, Curanilahue y Arauco, y en el caso de Alto Bío Bío crear uno nuevo, pues al generarse la división administrativa, que separó a Alto Bío Bío de Santa Bárbara, debe elaborar el propio. Dicho trabajo tiene una inversión del Minvu de $386 millones.

El plan regulador de Alto Bío Bío fue adjudicado en octubre del año pasado y se espera esté listo a fines de 2020. Se encuentra en la primera etapa de ajuste metodológico e iniciando el diagnóstico territorial para una comuna de 2.125 kilómetros cuadrados con una población de 6.000 habitantes.

Dicho plan, según analizó Armstrong, será particular, pues además de la gran extensión de territorio cuenta con una baja densidad, y una identidad turística, natural y cultural importante, con comunidades Pehuenche y Mapuche, “en que la gente participará y se identificará por un futuro instrumento de planificación territorial al que van a poder dar un sello”.

Pero además, según detalló el jefe local de la cartera, están colaborando con asesoría técnica -no incluye recursos- para 19 comunas, que tienen sus planes, pero están en proceso de modificación como es el caso de Lebu, Yumbel, Quilleco y San Pedro de la Paz, entre otros.

Actualmente, de las 33 comunas de la Región sólo Quilaco no tiene un plan regulador, pero ya se encuentra en marcha.

De hecho, el municipio solicitó en octubre del año pasado la asesoría técnica de la Seremi para elaborar su primer plan regulador, y luego de ello, en diciembre la cartera le asignó a un profesional del departamento de Desarrollo Urbano e Infraestructura, para contribuir en la elaboración del instrumento.

El proceso está siendo liderado por el municipio, entidad que financiará el estudio, determinará los términos de referencia y alcances que tendrá el proceso de formulación del instrumento de planificación territorial.

Qué analiza el plan

Armstrong detalló que entre las funciones del Minvu está el desarrollar planes reguladores con consultores y prestar asesoría técnica a los municipios de las 33 comunas de la Región para desarrollar diferentes instrumentos de planificación territorial.

Dicha tarea fue relevada por la autoridad, pues según dijo, “incluyen una serie de normas que son de importancia para los ciudadanos como el límite urbano, usos de suelo y zonificaciones, por ejemplo, si habrá residencia, equipamientos, actividades productivas, área verde, espacio público o es mixto”.

También, según agregó, se ven las normas de subdivisión y edificación como son el tamaño de los predios, alturas máximas, densidades y agrupamiento de edificios.

“Definición de áreas de riesgo, que es relevante porque ve tema de aluviones, riesgo volcánico, marejadas o cualquier tipo de fenómenos que puedan afectar, y también las áreas de reconocimiento de áreas de protección de valor natural o patrimonial (…) y la definición de la estructura vial. Son temas relevantes, pero hay muchos más”.

El seremi afirmó que los planes reguladores están compuestos “por una memoria explicativa, factibilidad sanitaria, ordenanza local donde viene escrita la norma con sus usos y el plano (…) Por lo general, el Ministerio licita a un consultor, que trabaja con el municipio y con el Ministerio avanzando en la propuesta, y obviamente avanzando en ello a través de la participación ciudadana”.

Mirada de largo plazo

Según Armstrong trabajar en la creación o modificación de un plan regulador es de vital importancia para las comunas, pues permite tener “una visión de largo plazo y anticiparse a problemas, por ejemplo, desde el punto de vista vial, para que la congestión no llegue antes que la solución. Cada comuna tiene su dificultad, lo que obliga a las autoridades y diferentes ministerios a planificar con una visión de largo plazo”.

Para Bernardo Suazo, docente de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía, Faug, de la Universidad de Concepción, cada vez se hace más importante la actualización de instrumentos de planificación territorial. “Antes las ciudades no creían ni se desarrollaban al ritmo de ahora y los planes reguladores duraban 20 años, pero actualmente es imposible, porque aunque se trate de una ciudad que no tiene un ritmo de crecimiento muy grande, se debe mantenerlas al día, con los avances en tecnología e infraestructura”.

Suazo, que está a cargo de la Unidad de Estudios y Proyectos, UEP, de la Faug, destacó que es positiva la participación ciudadana que se genera hoy en día para la creación o modificación de planes reguladores comunales es más activa, incluyendo presentaciones al Concejo Municipal y a los vecinos. Aunque incluye una serie de normas que, muchas veces, ralentizan el proceso.

“Las modificaciones en general tardan dos años en ser promulgadas, y en dos años la ciudad crece y se desarrolla, surgen nuevas obras e infraestructura que cambian las realidades. Un diagnóstico que haces hoy en dos años está obsoleto. Por eso, creo que ese análisis continúo, tanto de los municipios como del Ministerio, para que en el momento en que rija la modificación sea atingente”, comentó el arquitecto y docente de la UdeC.

Revisión completa

Pero la tarea del Minvu no culmina con los cuatro planes que están realizando y las 19 asesorías, pues ya están planeando una revisión mayor de los planes reguladores. La idea es poder advertir en qué comunas los instrumentos vigentes están cercanos a quedar fuera de norma y se deben mejorar.

“Vamos a hablar con los alcaldes, les vamos a dar como una señal de alerta, porque un plan regulador toma alrededor de tres años en desarrollarse, decirle a usted le faltan, por ejemplo, cinco años, sería bueno que lo analicen para ver de dónde vamos a sacar los recursos. La idea no es llegar al año 20 y ahí buscar recursos”, dijo Armstrong.

El estudio, que se desarrollará con equipo y fondos de la Seremi, dará las claves del cambio, pero no obliga a los alcaldes a realizar la gestión, “no podemos, pero tenemos la responsabilidad de advertir la situación”.

El jefe local de la cartera destacó que la Región cuenta para este año con una inversión de “217 millones para planes reguladores comunales, cifra sólo superada por la Décima región en $10 millones, es decir, la Región es la segunda a nivel nacional en esta área, duplica el promedio nacional que es de $110 millones”.

Agregó que los estudios que actualmente están en marcha equivalen a $390 millones, todos financiados por la Seremi, lo que también da una señal de la importancia que tienen las modificaciones de los instrumentos de planificación territorial.

Claudio Arce, presidente del Colegio de Arquitectos, aseveró que, para la Región, es muy importante que esté todos los planes reguladores comunales al día, pues se debe tener certezas, por ejemplo, al momento de desarrollar proyectos.

“El que haya normas previamente establecidas es positivo, porque la incerteza con respecto a los proyectos va a matar las posibilidades de renovación de la ciudad y el repoblamiento de otras zonas”, dijo.

Más recursos

Para Suazo, además de la revisión continua que propone el Minvu se debe asignar recursos para modificarlos o actualizarlos, “porque las normas se perfeccionan, y cada vez se requieren estudios específicos, que no son baratos, necesitan, por ejemplo, ambientales, de capacidad vial y factibilidades que deben hacerlos con profesionales, o a través de asesorías externas. A las municipalidades pequeñas, o de menos ingresos, se les hace muy difícil costearlos”.

El presupuesto debería incorporar el ítem, según Suazo, para modificar los instrumentos de planificación. “Todos los años debería haber estudio del Minvu o los municipios, para determinar prioridades y que se estime el presupuesto que se requiere para ello. Porque es tal la falta de recursos que hay algunos municipios que, a pesar de tener hecha la modificación no la publican y no inscriben el plan por falta de dinero”.

Actualmente la seremi está ayudando a cuatro comunas en la modificación, actualización y creación del plan regulador comunal.

Concepción en pleno proceso de modificación

En la capital regional el municipio inició un proceso participativo de actualización del Plan Regulador Comunal, que data del 2004 y que ahora tendría su modificación número 15.

El alcalde Álvaro Ortiz explicó que con la idea que el análisis del plan regulador comunal no sea sólo técnico, sino que cuente con un amplio proceso de participación, entre diciembre y enero se desarrollaron dos jornadas de evaluación y diagnóstico con un total de 14 reuniones, dividiendo la comuna en siete territorios y convocando a quienes viven en cada zona a una reunión por mes con avisos en radio, prensa y redes sociales.

En la primera fase se aplicó una encuesta para que las personas definieran las prioridades a abordar y en la segunda se presentó ese resultado y se pidió que se votara cómo ir avanzando en esas temáticas, entre ellas la regulación de alturas máximas en distintos sectores de la ciudad.

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