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2018, un año complejo para la iglesia chilena

Las declaraciones del Papa Francisco sobre Juan Barros fueron decisivas para que, días más tarde, el propio Santo Padre decidiera intervenir de manera completa a la iglesia chilena, la que actualmente tiene a 19 obispos renunciados y a uno confirmado, Fernando Chomali.

Por: Marcelo Castro 30 de Diciembre 2018
Fotografía: Isidoro Valenzuela M.

19:13 horas del lunes 15 de enero de 2018 y en el Aeropuerto de Santiago aterriza el vuelo AZ4000, un Boeing 772 de Alitalia que traía a bordo al Papa Francisco a Chile en su segunda visita a Latinoamérica desde que asumió su pontificado en marzo de 2013 y a sólo kilómetros de su Argentina natal.

Visita que llegaba como respaldo a la gestión de Ricardo Ezzati como arzobispo de Santiago en medio de una profunda, pero silenciosa crisis que vivía la iglesia local.

Miles de personas se agolparon a las calles de Santiago para recibir al Santo Padre ese día. En tanto, en su visita a La Moneda, por fin llegaron sus palabras sobre los abusos cometidos por el clero local. “No puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza, vergüenza que siento por el daño irreparable causado a niños por ministros de la Iglesia. Es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que nos empeñamos para que no se vuelva a repetir”.

Palabras que se repitieron en la “Misa por la Paz y la Justicia” que se realizó en el Parque O´Higgins de Santiago, a la que asistieron cerca de 400 mil personas. Allí, el pontífice recordó a San Alberto Hurtado.

Temuco fue otra de las paradas masivas de Francisco, en donde también estuvo Diario Concepción. Hasta el Aeródromo Maquehua llegaron 200 mil penquistas, quienes estuvieron cerca de 10 horas a la intemperie. Aquí el Papa recordó a Violeta Parra con su “Arauco tiene una pena” y se tuvo que lamentar la muerte de una mujer de Talcahuano.

Iquique fue el lugar que terminó por definir como “la peor visita” de su pontificado a Chile, cerca de 50 mil personas, un quinto de lo esperado. Allí se pronunció sobre la presencia del obispo de Osorno, Juan Barros, cuestionado por su cercanía con Fernando Karadima. “El día que me traigan una prueba del obispo Barros, ahí voy a hablar. No hay una sola prueba en contra, todo es calumnia ¿Está claro?”.

Estas palabras fueron el inicio de una bola de nieve que aún no termina.

Todos renuncian

Francisco, al darse cuenta que recibió información errónea sobre lo que ocurría en Chile, envío al país al arzobispo de Malta, Charles Scicluna, quien se reunió con las víctimas de abusos cometidos por la iglesia.

Esto quedó reflejado en un informe de dos mil páginas que conmovió al pontífice y que llevó a una reunión urgente de toda la Conferencia Episcopal. El trato en la Santa Sede no fue el mejor, a diferencia del recibido por las víctimas de Karadima, que también se reunió con el Santo Padre.

Sólo reproches recibieron por parte del cardenal Bergoglio, lo que llevó a todos presentaran su renuncia, la que ha siete les ha sido ratificada, entre ellas a Juan Barros, Alejandro Goic, Gonzalo Duarte y Carlos Pellegrin. Mientras que se espera el nombramiento de un reemplazante para Ricardo Ezzati, quien ha presentado en tres ocasiones su renuncia.

En tanto, el 21 de septiembre pasado, Francisco confirmó en su cargo a Fernando Chomali como arzobispo de Concepción, quien tras una reunión con su santidad, no fue aceptada su renuncia y se mantiene a cargo de la iglesia local, a pesar de los problemas internos.

Dificultades en Concepción

Son varios los problemas que tiene la iglesia local, los monetarios son parte de ellos, un déficit que proviene desde la gestión de Ricardo Ezzati y que Fernando Chomali aún no ha podido solucionar. habría influido en que el obispo penquista se quede en su zona, según publicó La Tercera.

Otro de estos, serían los casos de abusos cometidos por sacerdotes de la zona. Todo partido el 14 de julio, cuando se dio a conocer una carta anónima en donde se denunciaba un presunto caso de abuso sexual ocurrido el año 2002 en el Seminario Menor. El acusado era Hernán Enríquez.

Tres días después, el propio Fernando Chomali salió a hacer frente sobre la denuncia. “Esa denuncia fue tratada en la justicia civil y canónica, y no se pudo acreditar el delito por ambas instancias, por lo tanto, el caso quedó cerrado”. “La versión de él es que es inocente”, fueron parte de sus palabras, además negó haber recibido información de Ricardo Ezzati sobre posibles abusos.

A Enríquez se sumaron otros tres nombres; Reinaldo Méndez, Santiago Rubilar y Hugo Márquez, este último es conocido en los círculos de la elite política y empresarial del Gran Concepción, por ejemplo, fue el sacerdote que ofició el matrimonio de la senadora Jacqueline van Rysselberghe.

Los casos de los cuatro sacerdotes actualmente se encuentran siendo analizados por la Congregación para la Doctrina para la Fe.

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