Aseguró que se debe expropiar el Mercado Central, crear un metro, activar la ciudad con nuevos hitos, mejorar los planes reguladores y vialidades como la de Collao.
Proyectar la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía (Faug) de la Universidad de Concepción al medio exterior, dar alto énfasis académico y generar magíster en ciencias regionales, procesos urbanos sostenibles, que se unieron a la consolidación de otro de más larga data de análisis geográfico son parte de los logros que marcaron la gestión de Bernardo Suazo al mando de la Faug.
Además, en los seis años como de decano de la Faug logró proyectarla al país y al mundo, a través de una serie de concursos en los que participaron los alumnos de pre grado, obteniendo importantes resultados, y acreditandola por cinco años, lo que pone a la facultad entre las siete mejores del país.
El arquitecto, que tras decidir no repostularse al cargo, se hizo cargo de la Unidad de Estudios y Proyectos, UEP, de la facultad, junto a su par Ricardo Utz, quien fue primer decano de la Faug, aseguró “mi tarea está cumplida, puedo seguir aportando a la facultad desde otro enfoque. En las instituciones es buena la alternancia, y, por lo demás, creo que los candidatos que hubo y el nuevo decano, Leonel Pérez, son súper capaces de hacer cosas, incluso, mejores. Mi tiempo como decano terminó”.
Y es que en realidad, Suazo lleva nueve años en total trabajando por la facultad, primero apoyando a Utz en la creación de esta, luego como vicedecano consolidando el tema administrativo y el equipo, y después como decano. “Dejamos a todas las áreas de la Faug con magíster y en camino un doctorado relacionado con el ordenamiento territorial, que será una de las grandes tareas del nuevo decano”.
Eso sí, la labor de Suazo continua enfocada al ordenamiento territorial. Ya ganaron, a través de la UEP, la modificación del plan regulador de Tomé, específicamente, en del barrio Carlos Mahns y Bellavista, que se relaciona con el patrimonio y en el que trabajarán de la mano con la comunidad.
“La UEP, que se creó en 2012 cuando asumí como decano, realizó el estudio de Ñuble Región, ordenamiento territorial de todo el Bío Bío y un plan estratégico para implementar el de ordenamiento territorial, entre otros. Ahora estamos con Tomé, Curanilahue y Alto Bío Bío, sectores que deben adaptarse a los cambios del territorio en todo orden”.
El profesional reconoció que es partidario de regular todo el territorio, incluido el rural, con normas claras, para evitar que instrumentos como los permisos de edificación se judicialicen porque, a su juicio, eso provoca, “una incerteza jurídica que, además, es analizada por jueces que no saben nada de arquitectura ni planificación urbana. Por eso, es importante trabajar en el plan regulador con la comunidad para dejar las cosas claras y evitar inversiones fallidas, que perjudican a la ciudad y a la gente de una ciudad estancada”.
Recomendó evitar que todo sea declarado como patrimonio nacional, pues eso detiene la inversión. De hecho, recalcó que fue un error haber declarado patrimonio nacional al Mercado Central, porque ahora nadie se quiere se quiere hacer cargo de él, debido a las restricciones, y el lugar “sigue siendo un lunar que atrasa” a la capital penquista.
“Podría haberse dejado como patrimonial por el plan regulador para conservar lo que sea necesario, pero que incentive la inversión. Las ciudades se desarrollan por inversión pública y privada, generalmente, más por lo privado, y considerando que en Concepción nos cuenta encontrar recursos y que, incluso, nos bajan el presupuesto, es difícil”, dijo y afirmó que si el gobierno no procede a realizar la expropiación comprometida, el sector continuará siendo un lugar con una serie de externalidades.
Para Suazo la ciudad se debe desarrollar en forma equilibrada, de mediana densidad, que conserve la escala y donde se aprovechen las siete hectáreas vacías que hay en el centro penquista para realizar proyectos y no solo estacionamientos. Tanto así, que cree que debería cobrarse un impuesto mayor a personas que tengan sitios baldíos, que generan inseguridad, para incentivar la inversión.
Destacó que para él los sueños no tienen límites y que, por lo mismo, sería bueno ampliar el centro penquista, pasando el límite de Los Carrera, aunque ve difícil superar la barrera que genera la vía. Por ello, recomendó crear piezas urbanas que logren traspasar el centro hacia ese sector con tiendas anclas, edificios con placa comercial y espacios públicos.
Recalcó que otra aspiración, que no se debe abandonar, además del soterramiento de la vía férrea es la creación de un metro para Concepción para lo que está trabajando, como consejero de la Cámara Chilena de Construcción, CChC, promoviendo en diversas instituciones la iniciativa.
“El país tiene los recursos para hacerlo y Concepción lo merece. Ya tenemos dos líneas del Biotrén, que unen de Chiguayante a Talcahuano, y de Concepción a Coronel. Hay un proyecto para el puente, hay avances, lo que hay que hacer es una tercera línea subterránea para ser eficiente y no competir por el espacio con otros modos. Son solo 5,3 kilómetros desde la estación a la UBB y cuesta 500 millones de dólares y la última del metro de Santiago costó 2400. Nuestras autoridades tienen que ir a pelear los recursos, golpear la mesa si es necesario, pero creo que falta voluntad política para lograrlo”.
En cuanto a ribera norte, sector en el que trabajó hace años, indicó que con el soterramiento de la vía férrea se logrará un mayor dinamismo inmobiliario, y a la vez, que los inversionistas desarrollen áreas verdes en el parque, para dar un plus a sus proyectos.
Sostuvo que Concepción es una ciudad a escala humana, recorrible a pie, por lo que se deben desarrollar más hitos en ella, “así como la UdeC es un hito, debemos tener otros, recuperar las lagunas urbanas, crear ciclovías que conecten a todas las universidades (…) Además de la construcción del par vial Collao Novoa, que ya está listo el proyecto, está bueno, yo lo ví, se hace cargo de la vialidad, transporte y paisaje urbano, está incluso con RS, pero no están los recursos porque no se ha priorizado”.
Manifestó que en la zona se prioriza mal, generalmente, porque existe una separación entre el mundo político y el técnico. “Tras el terremoto la UdeC hizo un libro con muchas indicaciones, que fueron entregadas a la intendenta (Jacqueline van Rysselberghe) (…) que jamás fueron tomadas en cuenta ni llegaron al gobierno central. Lo mismo pasó con el puente Chacabuco, que decidieron construirlo, a pesar que se les dijo que primero debía ser el Industrial porque lograría despejar una importante zona de tráfico de San Pedro. No hicieron caso y, lamentablemente, el tiempo nos ha dado la razón”.
La polémica que generó entre los apoderados del Instituto de Humanidades y la Alianza Francesa, la reactivación del proyecto Parque Alemán de Aitué, que levantará en el sitio donde se ubicaba el Colegio Alemán, siete torres con 970 departamentos y más de 700 estacionamientos, aseguró que hay que dejarla en manos de la institucionalidad, en este caso el Servicio de Evaluación Ambiental.
“No me gusta tirar los proyectos para abajo antes que empiecen. Hay que dejar que el SEA determine. Entiendo que la empresa quiere hacer algo armónico, que es racional con la ocupación porque al ser Chacabuco corredor urbano no tendrían límite de altura y están hablando de 20, y que generarán un buen espacio público. He visto imágenes y me parece un buen proyecto”, dijo y comentó que la instalación de un supermercado allí, como se pensaba hasta hace unos años, generaría un mayor problema de tráfico que un conjunto habitacional.
La densificación, según explicó, ayuda a ahorrar tiempo y combustible en traslados, elimina la inseguridad de los sectores, pues las personas que llegan a vivir en ellos hacen vida ahí. “Se evitan los espacios baldíos, porque ahí generaba inseguridad, sobre todo de noche, y en general la ocupación del centro es buena, lo dinamiza”, agregó.