Ciudad

Celdas de aislamiento se siguen usando en centro de menores

El hecho quedó constatado en la última visita de la Comisión Interinstitucional de Supervisión de los Centros Privativos de Libertad de Adolescentes. Condiciones siguen siendo deficientes.

Por: Carolina Abello 23 de Junio 2018
Fotografía: Archivo

El 15 de octubre de 2017, un intento de suicidio masivo de adolescentes remeció el Centro de Internación Provisoria y Régimen Cerrado (CIP-CRC) de Coronel.

El hecho motivó la intervención del recinto por parte del Departamento de Justicia Juvenil de Sename Nacional, por lo que una semana después las autoridades regionales visitaron el lugar.

En ese recorrido, realizado el 24 de octubre, el defensor regional, Osvaldo Pizarro,  exigió que se pudiera visitar el espacio de separación de los menores, habilitado cuando se producen  situaciones de emergencia, y el que ya había sido fuertemente criticado en el último informe de la  Comisión Interinstitucional de Supervisión de los Centros Privativos de libertad de Adolescentes (Cisc), que consignaba que el espacio está en condiciones deplorables.

Sin embargo, el seremi de Justicia, Jorge Cáceres, dijo que no se justificaba el ingreso, ya que el espacio sería eliminado y se utilizaría con otros fines, lo que fue corroborado por la directora regional de ese entonces, Rina Oñate.

Pero en la visita que realizó la comisión los días 12, 13 y 14 de junio de este año, se constató, a través del registro que se mantiene en el lugar, que las celdas de aislamiento se siguen utilizando. En ese informe quedó consignado que un menor permaneció tres días encerrado, incluso con candado por fuera, en un lugar en muy malas condiciones, húmedas y con mal olor.

En la Cisc participa el seremi de Justicia, como coordinador, además de representantes de los colaboradores que trabajan con los infractores de ley; de instituciones que trabajan con infancia; un representante del mundo académico y de la Defensoría Penal Pública.

El defensor regional, Osvaldo Pizarro, recordó el compromiso de la administración anterior, el que no se cumplió. “Esa promesa fue falsa, porque se decía que sólo se utilizaba por horas, pero en el registro consta que el menor estuvo tres días encerrado. Ésas son celdas de castigo, no un lugar donde un adolescente es llevado para tranquilizarse. Es un espacio en pésimas condiciones higiénicas, donde a un joven se le encierra por tres días con candado”.

En  la visita de la Cisc a ese recinto, la Defensoría informó  otras irregularidades, como el exceso de ingresos  de Gendarmería al recinto,  “porque hay un promedio de 20 ingresos al mes, a solicitud de los funcionarios de Sename. Hay ausencia de funcionarios, porque hay una gran cantidad de licencias médicas, entonces los gendarmes ingresan porque el personal no fue capaz de resolver una situación conflictiva”.  De hecho, en mayo de este año, ingresaron 24 veces al lugar.

Además, se detectaron allanamientos realizados por la Unidad de Servicios Especiales Penitenciarios (Usep), los que realizan allanamientos de la misma forma que se hacen en las cárceles de adultos; se sigue mezclando a las mujeres imputadas con las condenadas, en una casa que está ubicada en el sector de hombres; y que aún no se entregan los resultados de los sumarios iniciados tras los hechos del 15 de octubre.

“Estas observaciones también las ha hecho el Instituto Nacional de Derechos Humanos. Aquí hay cuentas que pedir, porque si hay situaciones graves como este intento masivo de suicidio, debería tener un seguimiento, y si no es así,  los responsables están en un incumplimiento grave de sus obligaciones”, dijo el defensor regional.

Los otros recintos

La Cisc visitó también el Centro Semicerrado, donde hay cosas positivas, como una mayor adhesión  de los adolescentes a las sanciones, pero la infraestructura sigue siendo un problema grave, ya que,  como el lugar es arrendado, no se pueden realizar intervenciones que  permitan mejorar la calidad de vida de los adolescentes.

Algo similar ocurre con la sección juvenil de la cárcel de Chillán, donde hay un taller en madera para los jóvenes, y se evaluó positivamente  el trato de Gendarmería a los internos, pero el espacio sigue siendo reducido.

Así, Pizarro planteó su inquietud, ya que con la nueva Región de Ñuble, “hay un desafío como Estado de generar recintos carcelarios. Gran problema, porque cuando tengas una región nueva vas a tener  que pensar qué vas a hacer con los adolescentes que deben cumplir una sanción en su propia región”, ya que debe haber un CIP-CRC y un semicerrado para cada región, lo que en Ñuble no existe.

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