En la administración Bachelet, el hogar no se construyó, pese a que debía haber estado listo en 2017. Hoy está en marcha el segundo llamado, cuyos resultados deben conocerse el próximo mes.
El 20 de junio de este año, se cierra el segundo llamado a licitación para reconstruir el centro Nuevo Amanecer, dependiente del Sename, que alberga a niños y adolescentes con medidas de protección, el que ya tiene seis años de retraso.
El proyecto era emblemático y la obra urgente, porque el recinto fue abierto en 1966, muchos años antes de la creación del Sename (1979), por lo tanto, ya no es apto para el cuidado de niños y adolescentes.
Por eso, en 2012 el Core aprobó 2.020 millones de pesos para la reposición. Sin embargo, en la administración de Michelle Bachelet el proyecto se perdió en la burocracia del Estado.
Esto, porque en el proceso de consultoría, en 2014, el presupuesto aumentó a $3.904 millones, es decir, faltaban $1.785.825.000 para ejecutarlo.
Sólo en julio de 2017, la directora nacional de Sename, Solange Huerta, le informó al intendente Rodrigo Díaz que el Sename entregará el monto restante y que ya se encontraba incluido en la partida presupuestaria del próximo año.
Sin embargo, esto no ocurrió, ya que en el presupuesto de la institución para 2018 sólo se asignaron 410 millones de pesos para el período 2018.
Como no se contaba con todo el presupuesto, la licitación fue declarada desierta en febrero de 2018. Es decir, pasó un gobierno completo y los niños siguieron esperando.
Sin embargo, al asumir la nueva administración, se decidió llamar a una segunda licitación, pero con cambios en las bases: la primera vez, a las empresas sólo se les dio 30 días para realizar sus consultas, pero ahora tendrán 92, lo que aumentó significativamente el interés, explicó el director de Arquitectura del MOP, Aldo Careaga.
Esto ya generó el primer cambio: en el proceso anterior, recibieron cinco consultas y no hubo ninguna empresa interesada, mientras que en este proceso, ya han recibido 59 consultas, lo que los hace presumir que esta vez el proyecto sí se materializará.
En cuanto a los recursos, Careaga precisó que el FNDR aportará 1.713 millones en obras civiles, a lo que hay que sumar los 403 millones que aportará Sename por el mismo concepto. Así, quedan pendientes $1.428 millones que ya están comprometidos para el proyecto y que debe aportar el Ministerio de Justicia, y que ya están comprometidos.
La obra tiene 500 días de plazo, por lo que se espera que el centro pudiera estar listo a principios del año 2020.
Ante el retraso de proyecto, en noviembre de 2017, la Comisión de Fiscalización del Consejo Regional citó a los entonces directora regional de Sename, Rina Oñate, y director de Arquitectura, Julián Corbett, para que dieran explicaciones para el proyecto, las que no les resultaron satisfactorias.
Por eso, el core Luis Santibáñez, quien pidió esa audiencia a Fiscalización, se manifestó más tranquilo al conocer que se realizó el segundo llamado a licitación y que han tenido más interesados que en 2017.
“Además que hoy hay mayor certeza de que la competitividad está garantizada y que no se van a elegir empresas cercanas a autoridades cercanas a Gobierno que ya pasó. Muchas veces los criterios eran de mantener empresas y no fomentar la participación. Si hay mayor cantidad de oferentes haciendo consultas es porque entienden que hoy existen mayores posibilidades de acceder a obras del Estado”, fustigó Santibáñez.
Agregó que el objetivo ahora “es que se construya en este Gobierno y no en el próximo. Y como cores de este Gobierno tenemos el compromiso moral de responder por esta iniciativa”.
El director nacional de la Asociación de Funcionarios de Sename, Afuse, Pedro Marileo, calificó de positiva la segunda licitación. “Es muy bueno que hoy exista una preocupación por la infancia. Con este centro es necesario que se empiece a construir a la brevedad, y eso es muy satisfactorio tanto para los niños como para los funcionarios.
Marileo precisó que es imperativo construir ese centro, “porque data de muchos años y esa infraestructura no es la más apropiada, pero creo que hay un esfuerzo muy grande de los funcionarios para hacer bien su trabajo. Necesitamos que cambien las condiciones para hacer un mejor trabajo con los niños. Y como dirigentes nuestra prioridad es que los funcionarios estén bien para que puedan realizar bien su trabajo.