Un total de 60 estudiantes espera reunir la Universidad Andrés Bello en su nueva oferta de pregrado.
Con presencia de su rector nacional, José Rodríguez, la Universidad Andrés Bello presentó oficialmente la carrera de Química y Farmacia, pregrado que espera reunir este 2018 en su primer año de vida en la Región 60 nuevos estudiantes.
La apertura de la carrera, que ya se encontraba activa en las sedes de Santiago y Viña del Mar, viene a completar la oferta de la Unab para las carreras de la salud en la sede penquista.
“Esto se inscribe en un proyecto de desarrollo del área de la salud, que considera la creación de nuevas carreras. También un crecimiento en alumnos, en infraestructura y espacios. Sentimos que vamos cumpliendo con todas las necesidades de desarrollo del país”, afirmó Octavio Enríquez, vicerrector de la Unab en Concepción.
En cuanto a las posibilidades de empleabilidad de los futuros egresados de Química y Farmacia, Jaime Contreras, decano de la Facultad de Medicina, indicó que “las nuevas leyes permiten la incorporación de un químico al trabajo del día a día, que ya no está solo dedicado, en el caso de la salud pública chilena, a atender a la farmacia. El farmacéutico debe estar integrado a la labor clínica, en la sala de hospital y consultorio. Ese es el sello que tiene la universidad”.
En ese sentido, el vicerrector Enríquez agregó que existen amplias oportunidades de trabajo en el área, destacando que la carrera es una de las fundacionales de la Universidad de Concepción y que la Universidad San Sebastián igualmente cuenta con ella. “Sin embargo, la demanda por profesionales es muy alta y no satisface la necesidad, de tal manera que esta es una respuesta que entrega la institución ante los requerimientos”.
Cuestionamiento a la gratuidad
Consultado por su visión frente a la política de gratuidad, a la cual no está adscrita la casa de estudios, el rector José Rodríguez sostuvo que “en todas partes del mundo el financiamiento se provee como una combinación entre los recursos que entrega el Estado y los que dan las familias”, aseverando también que es injusto que se emplee a las universidades privadas solo para ejemplificar los defectos del sistema.
“Es triste y decepcionante que, a pesar de la evidencia, no se les reconozca su aporte al sistema en materia de excelencia, investigación, capital humano, entre otras”.