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Alfarera de Quillón sueña con construir un museo con réplicas de greda

Por: Ximena Valenzuela 08 de Octubre 2017
Fotografía: Gentileza Stratgica Consultores

Piezas invaluables, pertenecien- tes a civilizaciones como la fenicia, egipcia, azteca y, obviamente, trabajos pertenecientes a la cultura mapuche y diaguita son parte del trabajo realizado por la alfarera de Quillón, Rosa Caro, que cuenta con más de un centenar de obras con las que busca crear un museo histórico, orientado, principalmente, a niños de la zona.

De hecho, Ñuble se caracteriza por ser cuna de artesanos de todo tipo, siendo las alfareras de Quinchamalí unas de las más destacadas a nivel nacional e, incluso, internacional, quienes recientemente presentaron una gran parte de sus creaciones en Bío Bío Week China. No obstante, Quillón también aporta con su talento dando vida a la greda, pero de una forma muy particular.

La artesana quillonina, Rosa Caro, que practica la alfarería hace más de 15 años, explicó que al principio todo partió como un hobbie donde, incluso, impartía algunos talleres, pues en el día a día era educadora de párvulos en la zona. Sin embargo, dos trombosis le impidieron continuar con su profesión, transformando su vida, dedicándose en forma exclusiva a las artes con greda, las que actualmente son su única fuente de ingresos.

“Me encanta lo que hago, me apasiona. Esto me ha ayudado bastante para recuperarme de las dos trombosis que tuve y hoy le está sirviendo a mi marido (Marcial Quilodrán) que también sufrió una trombosis. Con esto le doy ánimo y hemos visto que se ha ido recuperando muy bien”, contó.

Pero Rosa Caro no es una alfarera común y corriente, ya que fusionó sus dos amores, el arte y la enseñanza, para elaborar réplicas -lo más exactas posibles- de utensilios de diversas civilizaciones antiguas y de pueblos originarios de Chile.

En su taller, ubicado en la población Valle Verde de Quillón, es posible encontrar ánforas para rituales fenicios, jarros, pailas y coladores mapuches y diaguitas, máscaras aztecas, y todo tipo de cacharrería egipcia, entre otros artefactos.

“Lo que quiero hacer con mi arte es innovar y dejar esto en el futuro para los niños de Quillón. La finalidad de esto es hacer un museo con las réplicas, porque aquí no existen museos. Me he esforzado mucho por hacer las réplicas exactas y, por lo mismo, me he informado por internet sobre la historia de estos artículos y saber para qué sirvieron. Eso es parte importante de la educación para los niños, que puedan tocar y empaparse de la historia, tanto de Chile como de otros lugares del mundo”, explicó.

Gentileza Stratgica Consultores

Traspaso de conocimientos

Como toda apasionada del arte, la alfarera del Valle del Sol busca traspasar sus conocimientos a otras personas. Lorena Villa es una de las beneficiadas con el aprendizaje de la técnica. Partió inicialmente ayudando a Caro y, actualmente, es ca- paz de manejar la greda sin mayores inconvenientes.

“He aprendido mucho sobre esto y me gusta. Es que ella (Rosa Caro) tiene mucha paciencia para enseñar y es muy buena para trabajar. Aprendí a hacer ollas, pailas, fruteras, pero Rosa al final hace los diseños. Esto le ha servido mucho a mi hija para sus tareas del colegio, sobre todo, con lo de los egipcios”, comentó.

No obstante, Rosa Caro quiere más alumnos para preservar el arte del trabajo en greda y, al mismo tiempo, que la Historia de las antiguas culturas sobreviva al paso de los años a través de su arte.

Y si bien cuenta con limitados recursos, pues la greda no se da en Quillón y debe viajar hasta Florida para conseguirla y, además, para fabricar sus piezas posee herramientas casi rudimentarias y otras recicladas como palos de helado o de brochetas con las que logra replicar piezas históricas.

A sabiendas de las dificultades que enfrenta la alfarera, el concejal Esteban Villegas la ha ayudado en la construcción de su taller y de un horno de barro necesario para el término de sus obras. Asimismo, el municipio local la apoyó insertándola en puntos de venta para dar más visibilidad e interés a su arte.

“Nuestro trabajo es poder colaborar con los emprendedores en diversos aspectos como la comercialización de sus productos, que dicho sea de paso, ya contamos con una carpa frente a la plaza donde se hacen exposiciones y se invita a los turistas. Además, la idea es apoyarla en la capacitación y postulación a fondos concursables, con lo que pueda mejorar la competitividad como microempresaria y pueda escalar comercialmente con sus productos”, indicó Osvaldo Alcayaga, jefe de la Oficina de Desarrollo Económico Local de Quillón.

Al centenar de piezas que tiene caro, cada día agrega entre tres y cuatro, explicó que el trabajo es lento, pues la greda debe ser sometida a un proceso de limpieza, luego de amasado para dar paso a reproducciones idénticas a las originales de más de dos mil años y, finalmente, la pieza debe pasar siete horas en el horno para estar lista.

Así las cosas, Rosa Caro continuará creando artículos de diversas culturas hasta contar con el museo que tanto espera levantar en Quillón.

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