Analizar la vocación, disponibilidad de tiempo, objetivos laborales y efectos familiares están entre los primeros pasos a la hora de optar por un postgrado. Luego se recomienda analizar la malla, exigir acreditación, verificar la infraestructura y conocer la experiencia tanto laboral como académica de los profesores.
Analizar la vocación, disponibilidad de tiempo, objetivos laborales y efectos familiares están entre los primeros pasos a la hora de optar por un postgrado. Luego se recomienda analizar la malla, exigir acreditación, verificar la infraestructura y conocer la experiencia tanto laboral como académica de los profesores.
Una de las diferencias que existe entre el proceso de postulación a una primera carrera y la decisión de un postgrado es que en este segundo caso ya existe cierta claridad respecto a la vocación, ya sea por los estudios cursados anteriormente como por la experiencia que se haya tenido en el medio laboral. Ya con esas cuestiones fundamentales resueltas, en esta nueva etapa surgen dos alternativas, una con un enfoque más práctico y otra con un énfasis en lo teórico o académico.
Dos caminos diferentes
Si la idea es estudiar un postgrado para perfeccionarte, lograr un ascenso, conseguir un mejor salario o para emprender un negocio propio, lo que conviene es tomar un magíster de carácter profesional. Este tipo de postgrado está orientado a actualizar conocimientos y brindar mejores y nuevas herramientas para el trabajo.
Por otro lado, si deseas un magíster para después seguir con un doctorado, lo preferible es una alternativa de carácter académico, ya que el doctorado tendrá exigencias que tienen que ver más con la capacidad de investigación y la posibilidad de realizar docencia. Pero independiente de cual sea la motivación y los intereses específicos; existen varias otras variables a tomar en cuenta antes de tomar la decisión final.
Uno de los primeros pasos es evaluar cuál es la modalidad más conveniente. Uno debe fijarse en el tipo de programa y horario que se busca; por ejemplo, un magíster diurno o vespertino, presencial o semi-presencial. Allí siempre debe tomarse en cuenta la situación familiar, laboral y económica; pues no todos los postgrados son combinables con un trabajo de jornada completa.
Para los que trabajan, los programas con una modalidad semi-presencial (que combina clases presenciales con clases en línea) suelen ser menos caros y ofrecen mayor flexibilidad,y las modalidades vespertinas o con clases en fines de semana prolongados, permiten organizar mejor el tiempo que se le dedicará al estudio. En cambio, si se dispone de mucho tiempo, se recomienda un programa intensivo o full time, porque puedes terminarlo en menos tiempo e integrarte al mundo laboral antes.
¿Dónde?
Una vez que se ha realizado un autoanálisis respecto a capacidades, disponibilidad y vocación, llega el momento de analizar la institución que imparte el postgrado, Si se prefiere estudiar en Chile, es recomendable verificar que la universidad esté acreditada. Si bien los magísteres no tienen la obligación de cumplir con ese requisito, el mecanismo que sirve para evaluar estos programases la acreditación institucional, que comprende una evaluación de la docencia de pre y postgrado de una universidad, y certifica que el programa está creado de acuerdo a las normas vigentes, con una dotación académica e infraestructura necesaria para ser llevado a cabo; así como disponer recursos para investigación.
Además se sugiere evaluar y comparar las diferentes instituciones que ofrecen un postgrado similar, concentrándose en aspectos como la selectividad/prestigio, número de años, experiencia con programas de postgrado y vínculos con instituciones extranjeras.
Por otra parte, s quieres estudiar un postgrado en alguna universidad extranjera, también debe analizarse el modelo de enseñanza-aprendizaje que se usa en ese país, ya que puede haber diferencias significativas con el método chileno de enseñar.
En varias entidades académicas se exigen pruebas de idioma como el TOEFL a la hora de postular.
¿Con qué herramientas?
Evaluar la malla y los profesores es un paso que no debe tomarse a la ligera. Es crítico tener presente el prestigio de la escuela que dicta el postgrado, ver la composición del programa y los grados académicos de los docentes.
En este sentido también es bueno comprobar si los profesores están vinculados al mercado, si tienen experiencia práctica en su área. También es recomendable analizar la procedencia y nivel mínimo de experiencia pedida como requisito de admisión.
Igualmente importante es tener en cuenta las características y contenidos del postgrado. Esto significa analizar la malla curricular, pero también fijarse en aspectos como los métodos de enseñanza y evaluación que se utilizan, los requisitos de aprobación, la carga de trabajo que implica cada curso, el software que se usa para los cursos en línea, etc.
El papel y las páginas web dan para mucho, y es por eso que la invitación es a visitar personalmente las escuelas y buscar graduados que cuenten su experiencia. Además el personal de admisión puede asesorarte para ver qué programa se adapta mejor a las necesidades.
Finalmente hay que comparar aranceles y averiguar qué beneficios existen. Hay becas estatales e institucionales para estudiar postgrados, tanto para programas en Chile como en el extranjero. Muchas instituciones ofrecen descuentos a ex alumnos. Asimismo, hay empleadores que dan incentivos económicos u otros tipos de beneficios para capacitación y desarrollo profesional (por ejemplo, a través del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo, SENCE).