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Las tareas pendientes que dejó la campaña #NiUnaMenos

Cambios en la justicia, en el sistema educacional y en las mismas familias pidieron quienes participaron en las manifestaciones, horrorizados por los últimos crímenes contra mujeres.

Por: Diario Concepción 23 de Octubre 2016
Fotografía: imagenPrincipal-1918.jpg

Cambios en la justicia, en el sistema educacional y en las mismas familias pidieron quienes participaron en las manifestaciones, horrorizados por los últimos crímenes contra mujeres

 

Carolina Abello Ross
carolina.abello@diarioconcepcion.cl

El hashtag #NiUnaMenos se tomó la agenda del país la semana pasada. Con multitudinarias marchas en todo Chile, las mujeres salieron a las calles el pasado miércoles 19 para protestar por la violencia que sufren día a día, manifestación gatillada por los últimos femicidios en Chile y Argentina. 

A nivel nacional, este año se han registrado 27 femicidios, y el último que causó indignación fue el asesinato de Florencia Aguirre, de 9 años por parte de su padrastro en Coyhaique. El hombre ya está en prisión acusado de asfixiarla, quemarla y enterrarla en la leñera de su casa. 

Además, está lo ocurrido el ataque a Nabila Riffo en la misma ciudad. El 14 de mayo de este año, un brutal ataque la dejó tirada en la calle de Coyhaique, semidesnuda, golpeada, con fracturas en el cráneo, pérdida de piezas dentales, y sin sus globos oculares. En el caso está detenida su ex pareja. 

La indignación en Argentina se propagó luego de conocerse el terrible caso de la joven de 16 años, Lucía Pérez, que fue abusada, violada y empalada en Mar del Plata. 

Ante la importancia de la convocatoria y la temática, la presidenta Michelle Bachelet adhirió a la campaña y rechazó la violencia de género contra las niñas y mujeres. 

En Santiago, al menos 50 mil personas, según intendencia, acudieron a la marcha. La manifestación se desplegó desde el sector de Plaza Italia hasta Plaza Los Héroes, y donde los asistentes marcharon vestidos de negro bajo el lema "Ante la violencia machista, sonoridad". 

En Concepción, la marcha partió en la Plaza de los Tribunales y terminó en la Plaza Independencia, sin incidentes y con una convocatoria cercana a las 5 mil personas. 

En esas manifestaciones hubo mujeres que alguna vez sufrieron violencia en carne propia, u otras a las que les cambió la vida para siempre, como a la periodista María Olga Reyes Solís. 

El 3 de enero de 2007, Samuel Valderrama de la Maza, esposo de su madre, Olga Solís Ehrenfeld, la mató a balazos en la escuela donde ella hacía clases en Los Ángeles, e inmediatamente después se suicidó. 

María Olga era hija única y el trágico hecho la dejó viviendo con sus abuelos, pero con los años cumplió su sueño de vivir en Santiago y trabajar. Hoy vive con su pololo y, a casi 10 años de la muerte de su mamá, tuvo las fuerzas para salir a marchar. 

"Ver a tanta gente en la calle fue fuerte y esperanzador a la vez, me dio la sensación de que por fin las cosas pueden cambiar para bien, que somos muchos que los estamos peleando por la misma causa. Fue emocionalmente abrumador a la vez pensar que toda esa gente también marchaba por mi mamá y por todas las que murieron a manos de sus maridos y que cuando pidieron ayuda nadie las escuchó", contó la profesional. 

"Sin embargo- agregó- me gustaría saber cuántos de los que marcharon saben que tienen que seguir peleando por terminar con la desigualdad y la violencia que sufrimos las mujeres. No basta con salir un día, gritar y volver a la rutina. Es una pelea larga, que solo ganaremos si luchamos todos". 

Plenamente consciente de que la lucha continúa, en Concepción salió a la calle a marchar Hernán Soto, junto a su esposa Ana María y sus hijos Matías (9) y Beatriz (6 meses). 

"Para nosotros como familia es un tema muy importante. Si te fijas, en la marcha hay muy pocos hombres adultos, y el cambio tiene que partir desde nosotros, para proteger a las niñas y lograr que no salgan con miedo, a un ambiente sin machismo y libre de violencia". Precisamente, a su hijo le está enseñando "que a las mujeres no hay que llegar a cuidarlas, sino que la idea es que ellas salgan sin temor". La brutalidad de los últimos casos los impulsaron a salir a la calle, "porque para mí la mujer es igual al hombre y necesita tener igualdad de derechos y de libertad". 

La socióloga Amarilis Rojas fue una de las organizadoras de la marcha, y calificó estas manifestaciones como "un despertar social para generar un cambio de paradigma en todo lo que nos rige. Falta un cambio educacional profundo que parta en la familia y se instaure definitivamente, faltan más de estas instancias. Y desde el punto de vista del Estado falta una legislación estructural, porque no puede ser que haya violadores que queden en libertad. Necesitamos que sea estricto, y queremos que los legisladores se lo tomen en serio". 

La directora regional del Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de Género, Valentina Medel, aseguró que "es de suma urgencia que la sociedad civil tome conciencia de que tiene un rol activo en la erradicación de la violencia contra las mujeres, sobre todo cuando hablamos de que necesitamos un cambio cultural profundo para poder terminar con la violencia y discriminación hacia nosotras. Por eso valoramos acciones como ésta, y que aportan a la reflexión de nuestra situación, porque la violencia nos afecta a todas las mujeres por igual". 

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