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Ciencia y Sociedad

Aves playeras en ecosistemas locales: el desafío social de conservar especies y dinámicas vitales

El 6 de septiembre se releva la importancia planetaria de estas especies y la necesidad de protección ante la vulnerabilidad a amenazas patentes en Biobío.

Por: Natalia Quiero 13 de Septiembre 2025
Fotografía: Katherine Sanhueza-ChileBirds

Las aves playeras simbolizan la inmensa complejidad y delicadeza de la vital naturaleza, y su Día Mundial el 6 de septiembre concientiza la importancia planetaria y necesidad de protección de este grupo con decenas de especies en nuestros ecosistemas que proveen alimento y refugios.

Es tan vital que las aves estén en los ecosistemas, como los ecosistemas son para las aves, pero varios fenómenos están alterando hábitats y amenazando la avifauna, con efectos devastadores que ponen en riesgo la supervivencia de ejemplares, complejos ciclos biológicos y la conservación de especies. Por eso urge actuar como sociedad para preservar la vida silvestre, reto por el que trabajan múltiples especialistas y organizaciones en Biobío y toda persona puede aportar.

Diversas y vitales aves

La guía naturalista de observación de aves Katherine Sanhueza, directora de la ONG local Fundación Bandada y la empresa de turismo de naturaleza ChileBirds, explica que las aves playeras habitan distintos ecosistemas costeros como humedales, playas de arena, marismas y estuarios. Algunas son residentes y la gran mayoría migratorias, que estacionalmente como parte de su ciclo biológico emprenden largos viajes para atravesar países y/o hemisferios para cumplir actividades vitales como alimentarse, reproducirse, nidificar o descansar.

“Tienen características que las destacan de otras especies, como tener picos largos y finos, también patas largas y adaptadas para caminar en zonas intermareales o de lodo, o para buscar su alimento en la arena o aguas poca profundas, por ejemplo”, explica la especialista en manejo y conservación de fauna silvestre.

Los estudios cifran en 214 a 235 especies de aves playeras en el planeta. “En Chile son 49 las especies presentes. Hay 25 que nidifican en Chile y 23 son migratorias neárticas, vienen desde Norteamérica escapando del invierno boreal hacia nuestro país en primavera y verano”, precisa. Muchas están en ecosistemas de Biobío, entre las que destaca zarapito, chorlos, pitoitoy y pilpilén.
Al respecto aclara que “no todas las aves que vemos en la playa son playeras, por ejemplo gaviotas, gaviotines o pelícanos son aves marinas costeras”.

Este grupo cumple roles esenciales para mantener dinámicas y funciones de los ecosistemas. “Controlan poblaciones de invertebrados como crustáceos, moluscos e insectos y ayudan a equilibrar ecosistemas, aportan en la dispersión de nutrientes, conectan ecosistemas a escala hemisférica, y son bioindicadores de la salud ambiental porque dependen de ecosistemas sensibles a las amenazas”, asegura.

Por ello, releva, impactan en la provisión de diversos servicios ecosistémicos que nos benefician, como el control de plagas o la sanidad y productividad de ecosistemas que brindan recursos naturales relevantes para las economías y bienestar social como son alimentos, medicinas, espacio para turismo y recreación, o identidad sociocultural.

Crisis global

Por eso se padece una crisis que amenaza al bienestar planetario. “Las tendencias y proyecciones sobre la declinación de las poblaciones de las aves playeras son extremamente negativas. Se estima que se ha perdido un tercio de la población mundial de estas especies, particularmente las migratorias”, advierte el doctor Cristóbal Pizarro, académico de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Concepción (UdeC) e investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB).

Es imposible huir de la responsabilidad. El terrible fenómeno es efecto de nuestras acciones que se manifiestan como amenazas en sus ecosistemas, que degradan hábitats con su provisión de alimentos y refugio o perturban directamente la conducta y vida de las aves.
Cambio climático, contaminación, desarrollo de actividades en el borde costero, presencia e impacto de personas o animales son transversales factores dañinos.

Katherine Sanhueza-ChileBirds

Aves playeras en Biobío: riqueza y vulnerabilidad

En distintas zonas de Biobío hay hábitats importantes para las aves playeras, algunas cerca de ciudades o industrias y de las amenazas.

En los humedales destacan Rocuant-Andalién, desembocadura del Río Carampangue y Tubul-Raqui; también el Santuario de la Naturaleza Península de Hualpén.

Katherine Sanhueza añade los sitios de la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras (RHRAP) que lidera la ONG estadounidense Manomet. En Biobío hay uno, Playa Isla de los Reyes Rocuant, dentro del humedal Rocuant-Andalién, clave para la nidificación del pilpilén común. “Se trabaja para que se incluya en esta red hemisférica a las playas del Golfo de Arauco, de Laraquete a Tubul, y la ONG Ecohumano trabaja para que se declare la Isla Santa María”, resalta.

El pilpilén común es una de las especies residentes más relevantes y vulnerables. Expone que se reproduce en playas arenosas del país, pero las amenazas han conducido a un declive de su población tan dramático que su categoría de conservación pasó de preocupación menor a casi amenazada. El chorlo nevado, que habita y nidifica en playas arenosas del país, es otra especie que ha experimentado un drástico declive de poblaciones.

 

Katherine Sanhueza-ChileBirds

De amenazar a cuidar

Tránsito de vehículos motorizados no regulados, expansión industrial, contaminación y turismo irregular advierte como amenazas a nivel local.

Y se detiene en un creciente y particular problema: “los perros con o sin dueño representan una de las mayores causas de depredación de huevos y polluelos, y de perturbaciones de poblaciones adultas de aves playeras, las pueden cazar o su presencia altera la conducta y las hace volar”. Algo que puede alterar procesos vitales como nidifación, alimentación, descanso y migración con terribles efectos negativos para ejemplares y especies.

La protección depende de acciones diversas que deben involucrar a toda la sociedad, desde el Estado a la comunidad.

A nivel estatal se destaca que la Estrategia Nacional de Conservación de Aves y el Plan de Acción para la Conservación de Aves Playeras. También hay figuras para proteger ecosistemas. Además, se impulsa un proyecto de ley que dé mayores sanciones a quienes transitan con vehículos motorizados en playas y dunas, porque la orden del Ministerio de Defensa que prohíbe el ingreso no ha sido suficiente.

Otras iniciativas de entidades públicas, privadas o la sociedad civil apuntan a la educación ambiental y acción comunitaria en el cuidado y conservación de la biodiversidad.  Y en la consciencia y responsabilidad personal sobre las amenazas está el gran motor de cambio.

Katherine Sanhueza enfatiza que es esencial que las visitas a ecosistemas sean con respeto, manteniendo distancia de especies y sin ruidos para no perturbarlas, nunca tomar nidos o polluelos. Para observar aves hay que hacerlo desde lejos usando implementos como binoculares.

No se puede ingresar con vehículos motorizados a playas ni dunas, y al transitar en bicicleta debe ser con cuidado. Hay que respetar siempre señalización, rutas o senderos. No se debe dejar basura ni restos de comida que podrían atraer depredadores. Y hay que evitar ir con perros, y si van siempre debe estar con correa bajo supervisión.

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