Ciencia y Sociedad

Pez espada: nuevas evidencias para la sostenibilidad de un valioso recurso pesquero, alimentario y ecológico

Esta especie presente en casi todo Chile se extrae para consumo humano directo y científico de la Ucsc halló en el animal variaciones temporales y por sexo en su composición energética/nutricional, donde habría influencia de eventos naturales de gran escala como “El Niño”; clave de considerar para su gestión y conservación.

Por: Natalia Quiero 30 de Diciembre 2021
Fotografía: Cedida

Nuevas evidencias que aportan a la gestión del pez espada, de nombre científico Xiphias gladius y conocido en Chile como albacora, entrega el estudio que desarrolló el hidrobiólogo Jorge Lazo para su proyecto de tesis, con la que recientemente recibió su grado de magíster en Ecología Marina por la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc) y que realizó mediante dos capítulos; el primero publicó sus resultados hace meses en la revista Marine Environmental Research y del segundo espera su publicación.

La investigación fue dirigida por el doctor Ángel Urzúa, académico Ucsc, y contó con el apoyo de “Seguimiento de los recursos altamente migratorios. Enfoque Biológico-Pesquero”, iniciativa a cargo del doctor Patricio Barría del Instituto de Fomento Pesquero de Valparaíso, y obtuvo hallazgos cruciales para la regulación de la pesca de la especie desde el enfoque de sostenibilidad para su necesaria conservación.

Pez de gran valor

Es que este pez de la familia de los atunes y presente desde Arica a Valdivia en Chile, es importante recurso pesquero comercial para el país, destaca Lazo, extrayéndose para consumo humano directo, siendo muy apetecido. ¿Cómo no?, si entre sus cualidades resalta la calidad de su filete y su alto valor nutricional por ser rica fuente de proteína y pertenecer a los pescados azules, que poseen gran contenido de ácidos grasos saludables y esenciales como los omega-3, que aportan a la salud del sistema nervioso y cardiovascular, por ejemplo.

No es menos trascendente su rol ecológico. “El pez espada es parte de los peces predadores tope: se ubican en los niveles superiores de las redes tróficas y contribuyen al control de poblaciones de especies de niveles tróficos inferiores. Además, es una especie altamente migratoria, por lo que su presencia temporal en un área marina específica se explica por su dinámica poblacional y migratoria”, detalla. Por ello, también advierte que “se vuelve temporalmente vulnerable a la pesca”.

Hallazgos de impacto

Ante las características del pez espada y para resguardarlo es de gran relevancia el potencial de impacto del estudio de Lazo, que evaluó su condición bioenergética y nutricional de forma estacional e interanual, midiendo distintos parámetros como contenidos de lípidos, proteínas, glucosa, carbono, nitrógeno e hidrógeno o perfiles de ácidos grasos. “Las variaciones estacionales se evaluaron durante el principal periodo de alimentación de la especie”, precisa que inicia en otoño y finaliza en primavera frente a las costas de Chile. Las variaciones interanuales se evaluaron al comparar parámetros en los inviernos australes de 2015, 2017 y 2019.

El capítulo uno abordó las variaciones estacionales y los análisis evidenciaron que posee una condición bioenergética y nutricional más rica en invierno y primavera que en otoño, sobre lo que especifica que “mayores contenidos de lípidos y diversidad de ácidos grasos en la temporada de primavera estaría asociado a la cercanía del período reproductivo en verano. Así, la especie estaría almacenando gradualmente reservas energético-nutricionales para desarrollar un período reproductivo exitoso en aguas oceánicas y migrar otra vez hacia las zonas más costeras en otoño, iniciando un nuevo ciclo migratorio”.

Las variaciones interanuales de la condición bioenergética y nutricional del pez fueron abordadas en el segundo capítulo y la evaluación se centró en determinar posible impacto de eventos naturales “El Niño” 2015/2016 (fase de calentamiento del océano) y “La Niña” 2017/2018 (fase de enfriamiento del océano). Sobre estos, el autor cuenta que “promueven alteraciones sobre parámetros oceanográficos claves como la temperatura superficial del mar, las cuales son registradas como anomalías permitiendo definir períodos de condiciones perturbadas, como el del 2015 al 2018”.

Y se hallaron variaciones interanuales en la composición del pez espada que se entienden como respuestas fisiológicas-adaptativas relacionadas a la alimentación y reproducción por cambios en condiciones ambientales, por lo que eventos de gran escala afectan a la especie en su alimentación y calidad nutricional, advierte, y también que estrategias y variaciones difieren en macho y hembra.

Hallazgos que sostiene que “resaltan la importancia del enfoque ecológico y de sostenibilidad en el manejo pesquero del recurso en un contexto de cambio climático”, donde ocurrencia de eventos naturales como “El Niño/La Niña” aumentarían en intensidad y prolongación, por lo que considerar estas evidencias, y otras que surjan, en el diseño de nuevas estrategias y toma de decisiones para la gestión de la pesca del pez espada puede ser fundamental para resguardar a la especie como importante recurso pesquero comercial, alimento y clave en los ecosistemas marinos.

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