Ciencia y Sociedad

UDT UdeC trabaja para que las fibras de celulosa reemplacen al plástico

La adjudicación de financiamiento del FIC Regional permitirá ejecutar un proyecto que explorará una idea que ataca el corazón de uno de los problemas ambientales más graves del siglo e impulsa la innovación para solucionarlo: los productos plásticos desechables no biodegradables.

Por: Natalia Quiero 11 de Noviembre 2021
Fotografía: UDT UdeC

El plástico se caracteriza por su resistencia, durabilidad y versatilidad, por lo que es materia prima de innumerables artículos que lo han hecho estar presente en la vida cotidiana durante muchas décadas y también transformarse en uno de los más grandes problemas ambientales de la sociedad contemporánea. Y es que con este se producen objetos desechables como cubiertos, vasos, platos, botellas, bolsas o mascarillas, que luego de un empleo acotado a algunas horas terminan como basura, que en el ambiente terrestre o marino puede tardar desde décadas hasta siglos en degradarse y, peor, volverse un riesgo para la fauna que puede enredarse o consumir trozos del material.

Tomar consciencia de lo grave que es esta contaminación ha provocado que, en los últimos años, en el mundo y particularmente en Chile se hayan impulsado leyes que prohíben bolsas plásticas, plásticos de un solo uso o promueven el reciclaje junto con masificarse en la población acciones en la línea de reducir el uso de este material. Pero, dada su penetración y cualidades también es imperante la investigación, desarrollo e innovación para tener nuevas y mejores alternativas, y ese aporte quieren hacer desde la Unidad de Desarrollo Tecnológico (UDT) de la Universidad de Concepción (UdeC) con “Sustituto de plásticos por celulosa moldeada”, proyecto seleccionado en el Fondo de Innovación para la Competitividad Regional (FIC-R) 2021 del Gobierno Regional del Biobío.

Desplazar al plástico

La iniciativa comenzará a ejecutarse en enero de 2022 con un plazo de 24 meses y será realizada por un equipo liderado por el doctor Alex Berg, director ejecutivo de la UDT UdeC, e integrado por Felipe Guzmán, Débora Pino y Daniela García, quienes desarrollarán un trabajo experimental cuya meta es que las fibras de celulosa reemplacen al plástico en aplicaciones de un solo uso. “Es decir, desplazar un material derivado del petróleo que no se degrada naturalmente por otro que es renovable, se produce masivamente en Chile y se integra a los ciclos de degradación natural sin causar problemas ambientales”, destaca el doctor Berg.

Para lograrlo, la propuesta se basa en utilizar el proceso de moldeo de fibras de celulosa. “A través de este es posible fabricar productos de diferentes formas y geometrías, típicamente platos, bandejas y envases rígidos con una alta calidad superficial, buenas propiedades mecánicas y costo competitivo”, detalla. Con eso a la base, adelanta que durante la ejecución del proyecto se buscará desarrollar formulaciones con reforzantes mecánicos y distintos tipos de aditivos, y optimizar las condiciones de operación para diferentes productos, entre otras acciones.

Ventajas y evidencias

La proyección sobre el potencial de impacto del proyecto es grande. El doctor Berg asegura que “tiene evidentes ventajas ambientales, pues abre alternativas para que el plástico sea al menos parcialmente reemplazado por fibras de celulosa a través de una tecnología que se distingue por tener una muy baja huella ambiental”. Además, resalta las oportunidades de negocio para Pymes y emprendedores tecnológicos, ya que afirma que “el proceso que planteamos puede ser implementado a pequeña y mediana escala, con inversiones moderadas”.

Y son convicciones con el sustento de la experiencia del equipo de la UDT, ya que desde 2020 comenzó a estudiar la posibilidad de reemplazar el plástico polipropileno (uno de los más utilizados) de mascarillas faciales por fibras de celulosa, a través de un proyecto de la línea de investigación Covid-19 que la Anid abrió para afrontar mejor la pandemia en Chile. Alex Berg reconoce que “es un desafío extremadamente complejo, ya que las mascarillas deben permitir el paso del aire para poder respirar y al mismo tiempo deben retener los pequeños aerosoles que contienen el virus Sars-CoV-2” y también que “los resultados obtenidos son realmente auspiciosos”, ya que el laboratorio de validación de mascarillas Lictex de la Universidad de Santiago hizo evaluaciones que certifican que los materiales en base a fibras de celulosa desarrollados cumplen ambas exigencias.

Por ello, hoy están iniciando el escalamiento de la tecnología a nivel piloto y las expectativas sobre el actual proyecto son altas.

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