Ciencia y Sociedad

“Los niños necesitan que sus padres incentiven y promuevan el juego”

Especialista en Psicología Clínica Infantil aborda lo fundamental que jugar es para el desarrollo integral de los infantes, pero también de las múltiples limitantes que lo coartan, como el cansancio de papás y mamás y los dispositivos digitales.

Por: Natalia Quiero 15 de Enero 2021
Fotografía: Diario Concepción

En 1990 Chile ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño y Niña; un acuerdo internacional que entre sus principios fundamentales tiene promover y resguardar la no discriminación, el interés superior del niño o niña y su supervivencia, desarrollo y protección.

Así, la recreación es un derecho básico, consignándose el tener plena posibilidad de jugar. Es que, durante la infancia, que considera distintas etapas y la evidencia indica que es de gran trascendencia para el desarrollo integral de una persona “el juego tiene múltiples beneficios”, enfatiza la doctora en Psicología Nieves Schade, especialista en Psicología Clínica Infantil y académica del Departamento de Psicología de la Universidad de Concepción (UdeC). Tanto el juego como el juguete ideal dependen de la edad del infante y también determina la dimensión en que podría haber mayor impacto, pero estos van desde lo cognitivo y social hasta lo físico, destaca la también mediadora universitaria en la UdeC.

Beneficios del juego

Explorar el mundo y relacionarse con distintas texturas, colores, aromas y sonidos; aprender nuevos conceptos, desplegar la imaginación y creatividad, reflexionar o resolver problemas son algunos aspectos que se desarrollan y potencian mediante el juego, escalando en complejidad según la dinámica y/o etapa vital. Pero, mientras más se deba crear, inventar, construir o pensar “más se favorece el desarrollo”, asevera.

Por otra parte, las dinámicas de juego con movimiento, como jugar a la pelota, o las que precisan de reunir y encajar piezas, por ejemplo, contribuyen a la salud física y motricidad.

Además, el juego tiene un relevante sentido social que fortalece habilidades trascendentales y transversales para la vida, destaca de la doctora Schade. De ahí que lo ideal es jugar en compañía de otro, afirma. Precisa que lo básico es que así se aprende a compartir, respetar y convivir sanamente con otras personas, además de reglas y turnos, tolerancia a la frustración o roles, por mencionar algunos ejemplos.

Y la posibilidad de vivenciar las dinámicas en contacto con la naturaleza, sea ir a un parque o en otro entorno como un campo, cristaliza dichos impactos positivos a la vez que permite que los niños disfruten mientras se vinculan con el medioambiente, aprendiendo a conocerlo y cuidarlo, plantea la psicóloga.

Permitir y favorecer

Pese a todo lo expuesto, la doctora Nieves Schade lamenta que en la sociedad actual hay varias situaciones que coartan al juego. La falta de espacios pensados para los infantes y sus juegos es uno de los grandes problemas, advierte, sobre todo en sectores sociales más vulnerables, donde no hay parques o plazas y si hay son inseguros. Suma que muchas viviendas son pequeñas, viven muchas personas y/o no hay patio o jardines.

Por otro lado, papás y mamás que trabajan largas jornadas no tienen energía para jugar con sus hijos y estos se entretienen usando smartphones u otros dispositivos desde muy pequeños. De hecho, se ha acuñado el concepto de “nana electrónica” para mencionar a los videojuegos y aparatos digitales a los que define como “el gran enemigo hoy”, porque los contenidos están hechos para captar la atención y no estimular la curiosidad, el pensamiento, el movimiento ni el desarrollo. Y la crisis sanitaria, necesidad de confinamiento, de procurar no reunirse con otros y de mantener la distancia física si eso ocurre para prevenir riesgos de Covid-19 sólo ha complejizado lo anterior, añadiéndose mayor agotamiento y estrés por el encierro o el trabajo y educación remota de varios meses.

Fundamental sería que se generen cambios sociales que tengan a la base la consciencia de que jugar debe ser permitido y favorecido en general, dice, pero primordialmente remarca que “los niños necesitan que sus padres incentiven y promuevan el juego”. Así, siempre y más en esta contingencia de vacaciones de verano en pandemia, el llamado es a buscar y generar las instancias de disfrute para los hijos y ojalá con ellos, aprovechando todos los recursos y posibilidades de los que se dispongan en el hogar o entorno, bajo la premisa de que mientras más se use la creatividad será mejor y que las opciones pueden ser tan variadas como lo brinde la imaginación.

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