Señora Directora:

El 21 de mayo es una fecha de profunda significación para nuestra historia nacional. Ese día de 1879, en los combates navales de Iquique y Punta Gruesa, la figura del capitán Arturo Prat y la entrega de sus hombres se elevaron como símbolo de valentía, deber y amor por la patria. En medio de la desigualdad de fuerzas, Prat no dudó en lanzarse al abordaje del Huáscar, gesto que selló su destino y lo inmortalizó en la memoria colectiva de Chile.

Pero junto a Prat también debemos recordar a los tripulantes anónimos de la Esmeralda y la Covadonga, quienes, con coraje y convicción, enfrentaron un enemigo superior, demostrando que el heroísmo no reside en la victoria, sino en la dignidad con que se lucha. El accionar del comandante Carlos Condell en Punta Gruesa, maniobrando con audacia para hacer encallar a la Independencia, mostró que la estrategia y el valor podían equilibrar la balanza ante la adversidad.

Este 21 de mayo no debe ser solo un acto ceremonial, sino una oportunidad para reflexionar sobre el legado de quienes ofrecieron su vida por principios que siguen siendo relevantes: compromiso, sacrificio y servicio al país.

Francisco Darmendrail