Señora Directora:
La obesidad, considerada la pandemia del siglo XXI, no solo acorta la vida de las personas, sino que también deja una huella profunda en la salud y bienestar de la sociedad. A nivel nacional, los programas que se han establecido, tanto locales como regionales se han centrado básicamente en considerar a la obesidad como una enfermedad que requiere diagnóstico temprano, atención oportuna y tratamiento adecuado, pero en no pocas ocasiones se ha relegado –o de plano, ignorado– el problema social y cultural que desencadena el exceso de peso en las personas.
Aunque existen políticas con enfoques de intervención y estrategias globales, es imperativo un abordaje integral. Se requiere una acción decidida sobre los entornos obesogénicos, promoviendo estilos de vida saludables desde la infancia, con la participación activa de un equipo multidisciplinario. La clave radica en trascender la visión clínica y reconocer la complejidad sociocultural que subyace en el problema. Solo así podremos gestar un cambio sostenible hacia una sociedad más saludable.
Solange Martínez Gallegos