Señora Directora:
Hay que entender que una persona que siempre se presenta con una sonrisa no necesariamente es alguien feliz. Esa sonrisa puede ser la máscara para esconder la tristeza. La depresión está más cerca de lo que creemos, pero tiene una capacidad de camuflaje increíble. Una vez detectado en alguien hay que entender que esto es una enfermedad. Esas frases de “pero ya va a pasar”, “arriba el ánimo”, “hay cosas peores”, ayudan poco y nada. De hecho pueden ser un gatillante de más presión sobre la persona. Estos temas deberían ser enseñados en las salas de clases, desde la niñez. Al final es la esencia y estabilidad de la persona lo que más debe importar, por sobre todos esos tecnicismos que tanto estatus da el poder manejarlos, y que se repiten como número de lotería desde las escuelas y programas de televisión.
Marta Villegas