Señora Directora:
Hubo un tiempo en que poco y nada sabíamos de fiestas y celebraciones de otros países.
Con la incorporación de Chile al mundo, tras 17 años de dictadura, y los efectos de ser parte de un mundo globalizado, empezamos a experimentar los primeros acercamientos a tradiciones como Halloween.
Recuerdo aquellos primeros años en que dicha festividad era fruto de cuestionamientos.
En la actualidad, no solo las vitrinas del comercio se ven adornos de calabazas, fantasmas y telarañas, sino también el frontis de cualquier vivienda de la cuadra. Al final, la festividad no pareció ser tan grave y hoy está completamente incorporada a nuestra sociedad.
Quizás, ahora, solo haya que cuidar a nuestros hijos de los efectos de comer tantas golosinas, pero esa es otra historia ¿no?
Luis Alberto Jiménez Durán.