Se armó un escándalo por el tweet del presidente Gabriel Boric respecto a la Parada Militar, ya que el mandatario se refirió al desfile como un “acto de subordinación del poder militar a la sociedad civil”.
Es preocupante ver que existan diferencias respecto a quién o a qué está subordinado el poder militar. Sí, es innegable el triste legado que ha dejado el caudillismo y el autoritarismo tanto en Chile como en América Latina; sin embargo, esa misma herencia debería ser suficiente para saber qué sucede cuando el poder militar no está subordinado a la sociedad civil. En una democracia los militares deben hacer -valga la redundancia- cosas de militares, siempre bajo el poder civil.
En caso de no ser así, estaríamos frente a la subordinación de la sociedad civil al poder militar, lo que hace pensar que quienes cuestionan los dichos de Gabriel Boric, ven con gracia los 7 años donde el pueblo argentino estuvo subordinado al general Videla; con gracia los 34 años donde el pueblo paraguayo estuvo subordinado al Stronismo; con gracia los 17 años donde el pueblo chileno estuvo subordinado a Augusto Pinochet.
Decir que el poder militar está subordinado a la sociedad civil no es denigrante como algunos plantean, ni mucho menos una frase que sobra: es algo propio de cualquier democracia mínimamente constituida.
Asimismo, nunca está de más recordar a quienes se deben las fuerzas armadas, pues bien sabemos lo que sucedió cuando la milicia lo olvidó.
Bruno Navarro Cabrera