Señora Directora:
¿Vergüenza? si, vergüenza de mi sociedad, otrora prospera y sana pero hoy degradada, una sociedad que se cae y se arrodilla ciega de incapacidad ante la lacra delictiva; vergüenza de nuestra democracia tan ansiada y tan mal utilizada que en los hechos ha estimulado torpemente o por lo menos permitido y nunca defendido en debida forma a la inmensa mayoría de la sociedad, que abandonada sufre a diario los embates de una delincuencia que tiene todas la de ganar cada vez más empoderada por los mismos que dicen estar preocupados por hacer de ésta una mejor sociedad, pero que considera un reiterado y banal lavado de cerebro concientizando sobre híper derechos sin deberes, más una delirante y supuesta presunción de inocencia aunque los hechos digan lo contrario. Si, vergüenza de una autoridad especialmente la político administrativa por cierto mediocre en su accionar a la vez que utilitaria, que con superfluas e infantiles excusas, sus miembros pretenden adormecernos, lavarse las manos y tomar palco en éste dantesco espectáculo. En la práctica más allá de cantos de sirena y baratas explicaciones una sociedad que vergonzosa, definitiva e inexorablemente se derrumba.
José Manuel Caerols Silva