Señora Directora:

Durante las últimas semanas han comenzado a levantarse voces a favor de una posible restricción vehicular como alternativa para solucionar la crisis vial que tiene el Gran Concepción principalmente en horas punta.

Aunque la medida puede parecer una alternativa de solución, no es menos cierto que es una medida con poco sentido de equidad, y poco pareja, esto porque a menores recursos a disposición de las familias mayor distancia con el acceso a otro tipo de transportes. En síntesis, el efecto de una medida como esta es dudoso, poco prudente en tiempos de pandemia y no asegura resultados socialmente óptimos.

La restricción vehicular, llega más bien a dar solución a un sector de la población que mayoritariamente tiene acceso a un segundo vehículo, que vive alejada de la periferia y que en términos prácticos una restricción vehicular solo genera el inconveniente de un cambio de vehículo. Mientras las familias con un solo vehículo enfrentan las restricciones vehiculares con cambio de hábitos más profundo, aumentado la ausencia escolar, laboral y en ocasiones también afectando la productividad de pequeños empresarios y emprendedores.

Una medida restrictiva, es en sí atentatorio, discrimina en forma negativa por lo cual llama aún más la atención que esta sea para las autoridades la única alternativa para un caos vial que en otras ciudades y países se enfrenta con educación vial, intervención urbana, segregación de vías etc.

En algunas ciudades de Centroamérica, por ejemplo, existe el concepto de UNO a UNO sistema de ordenamiento vial que ha venido funcionando a lo largo de varios años y que ha permitido reducir el tráfico, congestionamientos y nudos viales, brindando mayor movilidad a los automovilistas.

El caos vial hace rato está presente en la Gran Concepción, pero las medidas en torno a la solución de esta problemática no pueden estar pensadas o diseñadas generando una discriminación negativa entre quienes tienen más de un automóvil y aquellos que solo tienen uno y que además viven a una distancia mayor de los centros urbanos.

Educación vial, segregación de vías en distintos horarios, intervenciones urbanas entre otras, son alternativas que pueden ser pensadas y aplicadas sin generan una discriminación odiosa que solo evidencia que tener más o tener menos te hace ciudadanos de primera o segunda categoría.

Cristian Pareja Diaz