Señora Directora:
Como si fuera un anuncio les decimos a nuestros niños, niñas y adolescentes que estudiar esta bien, “porque si”, y sin embargo, ellos miran como nos gritamos, insultamos o nos disparamos. ¿O acaso nos ven leyendo poesía por las tardes?
Ni siquiera quedamos con la boca abierta viendo videos en donde adolescentes se insultan, golpean o se amenazan, porque nada nos sorprende, nada nos devuelve la capacidad de asombro. Y es que algo está mal, y no se puede permanecer indiferente ante la noticia de este jueves, en donde un adolescente portando un arma de fuego por accidente se disparó en la sien en Santa Cruz.
Pregunto: ¿No les da pena? Al parecer hoy solo nos conmueven cosas de segundos, una imagen, un video, o un audio, y después, la rutina sigue y la explotación por vivir nos atrapa desde todos los puntos cardinales. ¿Pero, y los niños? ¿Quién se pone la camiseta por el futuro de la República? Pero esa República que es de todos, no esa de los republicanos, o tal vez ¿Nos olvidamos que vivimos en comunidad, y esos niños son quienes decidirán si nos cuidan o no cuando viejos?
El señor o señora que tiene el poder puede por teléfono llamar a un sociólogo o un estadista: “- Oye, mañana a primera hora se fija reunión, se planificaran encuestas, estadistas, algún estudio científico social que dé cuenta del por qué, de la causa de esta violencia sin sentido”. Y mañana se podría fijar esa reunión, con un panel de “expertos”, y comenzar al menos, con la preocupación. ¿O yo lo tengo que solucionar? ¿O el señor que ayer vino a mi oficina con las pupilas titilantes pidiendo ayuda porque le van a rematar su casa la otra semana?
A nadie le interesa, al parecer es importante que la fachada de tribunales se pinte con varias tonalidades, como un arcoíris, o que en mi cédula de identidad además de mi nombre se reconozcan mis apodos, y por qué no, ¿que aparezca también mi signo zodiacal?
Espero que alguien haga algo, yo al menos, invitó a actuar en base a la integridad y respeto con los demás, al fin y al cabo, todos crecimos y nos forjamos a través del ejemplo.
Eric Pinto Viguera