Señora Directora:
La verdad es que nuestro Presidente de la República no tiene límites. Su fotografía en la Plaza Baquedano o “Plaza de la Dignidad”, traspasa todo tipo de irracionalidad, falta de cordura, torpeza, imprudencia y limita con conductas “trastocadas” por un incontrolado exhibicionismo imprudente y fuera de control.
Si hoy hubiera un concurso para denominar esta actitud, se llenarían páginas con adjetivos descalificadores contra tan provocativa actitud. ¿Quién asesora al Presidente? ¿Está fuera de control de impulsos?
Juan Luis Castillo