Señora Directora:
Cuando analizamos las declaraciones emitidas esta semana del ministro de Salud, Jaime Mañalich, afirmando que “hemos dispuesto fijar un valor máximo para el examen de PCR para Coronavirus de $25.000”, caemos nuevamente en cuenta que para este gobierno es mucho más importante potenciar las oportunidades económicas que priorizar las causas sanitarias. No obstante, incluso podemos ir más allá.
Mientras que, en un eventual Estado de bienestar, solidario per se, esta catástrofe sería abordada a escala humana y entendida como un problema transversal, para el Estado subsidiario, a.k.a. modelo social de mercado, esto no es más que una nueva ocasión para hacer dinero, identificando la pandemia como otro negocio cuyo nicho de clientes es selectivo. De hecho, pienso en los jubilados y en las familias que sobreviven con el sueldo mínimo cuando digo que no todos pueden pagar para tomar esta opción.
Horizontalidad y dignidad versus verticalidad y privilegios. Esa es la batalla que Chile viene dando y seguirá librando, aun terminando esta coyuntura sanitaria. La desigualdad es la otra pandemia.
La gran debacle humanitaria que atravesamos como sociedad trasciende al COVID- 19.
Fernando Fernández Ulloa