Carta al director

Romano Anselmi Rissotto

Por: Diario Concepción 08 de Diciembre 2019
Fotografía: Diario Concepción

Don Romano Anselmi, nació en la ciudad de Verona, Italia, un 2 de febrero de 1883 en el seno de una familia de artesanos, donde aprendió el oficio de su padre, dedicado a la fabricación de baldosas, trabajo de la piedra en general y el mármol reconstruido, o la fabricación de gradas y zócalos para la construcción de los modernos edificios que se desarrollaban en Europa a comienzos del siglo XX.

Romano Anselmi, poseedor a temprana edad de un vasto conocimiento en el rubro, dirigió en Europa fábrica de estos materiales desarrollando los estilos más variados y con altas producciones. En Italia, este trabajo se denominaba, granito artificial, y se ocupaba en las construcciones y edificaciones modernas de los más variados estilos.

Romano se casa en Italia, con María Malin Rigobatti, con la cual tendrá siete hijos, Mario y Juan, nacidos en Italia, y Humberto, Yolanda, Lucía, Emma y María, nacidos en Chile.

Con 24 años, y 2 hijos, Mario y Juan, se traslada a Chile en el año 1912, donde es contratado para trabajar por firmas suecas y noruegas, que operan en Chile.

En 1928, don Romano Anselmi se establece por su cuenta, creando la fábrica de baldosas y materiales asociado a sus hijos. La fábrica partió con gran éxito. Por aquel entonces habían llegado a la zona otros emprendedores, que desarrollaron el rubro de la construcción, entre ellos la fábrica de Villa Luco, de la cual existe en Concepción una galería con su nombre, empresas como Bernasconi, y otros de diversas nacionalidades aportaron con su conocimiento al desarrollo de la construcción penquista.

Luego de los terremotos de 1939 y 1960, que asolaron Concepción, la fábrica toma un nuevo impulso, no sólo participando del proceso de reconstrucción, sino además del punto de vista social, ya que tanto los obreros, como los dueños de la empresa, elaboraban en conjunto al interior de la fábrica, lo que permitía a sus dueños contar con un acabado conocimiento de las dificultades sociales de sus funcionarios, instancia que permitió dar solución oportuna a las dificultades que se iban presentando.

Otro aspecto de acción social, es con la comunidad. Romano Anselmi agradeció siempre el apoyo recibido y la forma en que lo acogieron en Chile, manteniendo una actitud altruista, especialmente con los más necesitados.

La fábrica de baldosas de don Romano Anselmi, contó con la colaboración de sus hijos, Mario, Juan y Humberto, que trabajaban con su padre, en calidad de sociedad familiar. La empresa fue adquiriendo prestigio regional, y sus productos se vendían, e instalaban en toda la zona sur penquista, con contratos en Talca, Cauquenes, Parral, San Carlos y Concepción.

Parte de sus baldosas, aún podemos observarlas en lugares como la plaza de Concepción y algunas veredas de la ciudad.

A la muerte de Romano Anselmi, la fábrica fue heredada por sus hijos, a los cuales les fue comprando sus derechos, su hijo Humberto Anselmi, quien se hizo así, de la propiedad de la empresa, dotándola de la más variada y eficiente tecnología, traída de Italia, en la década del 1990, operando con modernas instalaciones en su domicilio de Avenida Paicaví.

Humberto Anselmi Malin, fuera de continuar con la tradición familiar, desarrolló otras actividades, como propietario del Cine Romano y arrendatario y administrador, además, del Cine Lux.

Humberto Anselmi, fuera del rubro de la construcción, desarrolla la industria del espectáculo, con su cadena de cine, optó también por el desarrollo cultural, a través de lo que se llamó Cine Arte de los Martes, día en que se presentaba a la comunidad películas de directores de la talla de Franco Zeffirelli, Ingmar Bergman, Alfred Hitchcock, Federico Fellini, Stanley Kubrick, Akira Kurosawa, y otros que hicieron las delicias de la concurrencia cinéfila, y ocasionaron largos análisis de presa.

Humberto Anselmi, casó con Margarita Merello Abguillerm, con quien tuvo 4 hijas, María Elena, Margarita, Cecilia ( fallecida muy joven) y Sandra, quienes a la muerte de su madre, en junio de 1988, y de su padre en septiembre del 2004, se encargaron de la dirección de la empresa, dejada por su progenitor, y la siguen administrando hasta hoy, siguiendo una tradición familiar.

Alejandro Mihovilovich Gratz
Profesor de Historia y Geografía
Investigador del Archivo Histórico de Concepción

Etiquetas