Carta al director

Sólo la unidad

Por: Diario Concepción 18 de Noviembre 2019
Fotografía: Cedida

Señora Directora:

Mi amigo el actor Alejandro Goic me envió un chat en que sostenía, aludiendo al rechazo por sectores de izquierda del acuerdo del día 15 de noviembre, que el escenario se parecía mucho a aquel del plebiscito de 1988. Tiene razón, mutatis mutandi, el escenario social y político se parece mucho al de esos tiempos cuando un pueblo hastiado con la dictadura empujó a un conjunto de partidos, de intereses políticos muy distintos, a unirse y atreverse a dar el paso, pecaminoso para algunos en la izquierda, de inscribirse en los registros electorales y aceptar ir a un plebiscito ideado y controlado por el dictador.

Enfrentamos al dictador en su propia cancha y le ganamos lejos. Pero Pinochet legó “su herencia” bien atada y amarró las manos a cualquiera que viniera después y pretendiese efectuar cambios de fondo a “su obra” . Nos dejó un cancerbero que es su Constitución con sus Quorums calificados, inalcanzables, senadores designados, binominal, Tribunal Constitucional, etc. todas barreras destinadas a impedir que la política pudiera dar respuesta a las demandas de los ciudadanos.

Los cambios estructurales que tales demandas exigían fueron imposibles. Resultado, descrédito de las instituciones y pérdida de credibilidad y confianza de los gobernados por sus gobernantes y además en todo aquello que oliese a política.

Sin embargo, sucedió lo impensable y sólo en 30 días la ciudadanía movilizada logró derribar el muro que, durante más de 30 años, separaba al poder permitido y tutelado por la constitución de 1980. Sí, cedió el muro y el Presidente, quien nunca deseó una Nueva Constitución, y en el Parlamento debieron rendirse ante un pueblo movilizado y devolverle su soberanía. Esta es la única lectura correcta de lo sucedido en la madrugada del 15 de noviembre. No hay otra lectura y lo demás es escapismo, narcisismo político como el de cierto alcalde, anarquismo diletante, pasadas de cuenta extemporáneas a quienes se considera que lo hicieron mal o simple tontería.

Ahora es el pueblo el que deberá ejercer su poder y, con un lápiz y un papel igual que en 1988, pronunciarse con toda claridad si quiere o no una Nueva Constitución y si quiere que esta sea redactada por ciudadanos constituyentes a quienes delegará su poder para cumplir con la tarea.

El camino que tenemos por recorrer los chilenos para contar alguna vez con una Nueva Constitución está sembrado de peligros. El principal proviene de la derecha ultra y recalcitrante que continuará haciendo de todo para evitar que su constitución moribunda sea enterrada definitivamente. La batalla final la dará en la Convención ( Asamblea) Constituyente utilizando el tercio de sus miembros que espera conseguir como arma de bloqueo de cualquier acuerdo y de esta manera matar a la NC en el huevo e impedirle que nazca. De esta manera se mantendría vigente la moribunda.

Es claro, al parecer esta derecha olvida que la Constituyente es SOBERANA, es decir no existe por sobre ella poder que la obligue y ese poder lo puede ejercer si la derecha pretendiera bloquear el nacimiento de una Nueva Constitución. Y está también el peligro de los violentistas incendiarios , el lumpen, los narcos y las y los saqueadores que actúan como aliados objetivos de aquellos que buscan bloquear el nacimiento de una Nueva Constitución. A todos ellos se le derrota solo con unidad y trabajo para ganar lejos una mayoría aplastante de ciudadanos constituyentes democráticos en el plebiscito de abril de 2020.

Ariel Ulloa
Ex alcalde de Concepción

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