Carta al director

Pedro Schiavi Canegallo

Por: Diario Concepción 17 de Noviembre 2019
Fotografía: Diario Concepción

Don Pedro Schiavi, nace en Italia en la provincia del Piamonte en 1883, tierra en la cual nace en 1860 en movimiento de unificación italiana, en síntesis, lugar de hombres de temple.

Con tan sólo 20 años se traslada a Chile en 1906. El país lo recibe ese año con el terremoto que destruyó Valparaíso, miles de personas sufren las consecuencias de este terrible sismo y entre ellas también Pedro.

Avecindado en Concepción funda en 1922 una fábrica de vidrios, que será la primera en este rubro, tan necesaria en la zona que comienza a organizarse industrialmente.

Don Pedro Schiavi, contrajo matrimonio en Santiago de Chile, con la dama francesa de origen Marsellés, Rosa Ladgiard, con quien tuvo tres hijos; Hugo, Pedro y Mario, este último muerto en su infancia.

Los primeros tiempos fueron muy duros, pero Pedro con serena resolución y un alto espíritu de sacrificio y sin reparar en los primeros fracasos, fue imponiéndose y su obra fue creciendo hasta levantar una industria, que en la época ocupó el primer plano en toda la Región.

El terremoto de Chillán de 1939, que también asoló Concepción y cinco provincias más, dio por tierra toda la obra forjada por Pedro Schiavi hasta ese momento, toda una vida de trabajo, de privaciones y sacrificios. Su establecimiento industrial se destruyó a puertas cerradas, con sus modernos hornos, maquinarias e instalaciones, junto con un sinnúmero de productos elaborados y listos para salir a los mercados, quedando todo sepultado bajo los escombros. Pero don Pedro no era un hombre que se detuviera ante nada, ni siquiera a sus 60 años, acude al temple de su carácter y sin mayores lamentaciones y echando atrás toda la adversidad vuelve a reconstruir su industria, poco a poco, colocando ladrillo sobre ladrillo hasta superar sus propias expectativas.

La fábrica de vidrios de Concepción alcanza en su época un alto grado en su organización y perfeccionamiento, con productos de la más alta calidad, que llegan a más de doscientos diferentes artículos de vidrio, especialmente artefactos de mesa. La producción es vendida en todo el país desde Arica a Magallanes, imponiéndose por la excelencia de su calidad. Ciento setenta operarios, bien remunerados, trabajan en dicha empresa, mientras la firma Weir Scott es la encargada de distribuir todos sus productos.

Don Pedro, murió en Concepción un 21 de enero de 1957, rodeado del cariño de su familia a los 74 años de edad, la industria continúo funcionando en mano de la familia hasta su cierre en el mes de enero del 2002. Sus bellas copas y colecciones de vidrio aún hoy decoran las casas de antiguos penquistas y son motivos de un invaluable patrimonio coleccionable de la industria local.

Alejandro Mihovilovich Gratz
Profesor de Historia y Geografía
Investigador del Archivo Histórico de Concepción

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