Hoy, Ecuador, vive una crisis económica, política y sobre todo social, tras los anuncios del presidente Lenin Moreno, sobre reducir el gasto fiscal. Medida que ha generado una ola disturbios y que vienen implementándose desde el año pasado, pero se agudizaron con el llamado “paquetazo”. Recorte que contemplaba la eliminación de los subsidios a los combustibles, reducía el periodo de vacaciones de 30 a 15 días para los empleados públicos, disminuía los salarios un 20% en los contratos temporales en el sector público, entre otras medidas.
Las consecuencias sociales de esta ola de paralización, registran lamentablemente, al menos, cinco víctimas fatales, desabastecimiento, cortes de energía eléctrica, y bastante represión. Ante este escenario, esta semana, hemos presenciado un principio de acuerdo entre el gobierno y los dirigentes de la Conaie, para derogar el Decreto 883, que había impuesto la derogación al subsidio de los combustibles.
Al parecer la historia no será cíclica, ya que en 1781 y producto de una reforma que implicaba una mayor carga fiscal sobre la población, Ecuador, vivió una serie de manifestaciones lideradas por criollos, indígenas y mestizos en el naciente virreinato de Nueva Granada. Levantamiento que terminó cuando virrey ordenó la captura de los líderes del movimiento, derogó los acuerdos establecidos y con ello la revuelta había fracasado. Por el contrario, en esta ocasión, se creará una comisión integrada por las organizaciones de los movimientos indígenas y el gobierno nacional, teniendo como observador a la ONU y la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.
Es de esperar que los resultados de esta comisión sean positivos para la población ecuatoriana, para el gobierno, y para el FMI, organismo que está detrás de una financiación por más de 4.000 millones de dólares para recuperar a la economía del Estado ecuatoriano.
Dr. Fernando Castillo
Académico Historia U. Andrés Bello