Carta al director

Fonoaudiólogos y salud pública

Por: Diario Concepción 04 de Septiembre 2019

Señora Directora:

Durante mis 10 años de experiencia, he sido testigo de la tremenda necesidad de la fonoaudiología como especialidad en el sector público.

Sin embargo, existe un mal entendimiento, a mi parecer, de la profesión, ya que no todos los fonoaudiólogos son capaces de atender todas las alteraciones fonoaudiológicas pediátricas, por lo que existen muchos usuarios que quedan con interconsulta cursada y que no serán atendidos. Tampoco existe la posibilidad de derivar a la atención primaria, es decir, a los Cesfam o consultorios, ya que no han contratado fonoaudiólogos, las interconsultas rechazadas no pueden ir al servicio de base, porque no tienen fonoaudiólogo, y revisando las leyes tampoco priorizan al profesional, a pesar de la evidente necesidad.

¿Cómo se explica que en algunos servicios de neuropsiquiatría infantil no tengan contratados fonoaudiólogos conociendo la evidencia mundial del aumento del diagnóstico de autismo? ¿Cómo pretenden prevenir las alteraciones del lenguaje si en las salas de estimulación de los consultorios no hay fonoaudiólogos? ¿Cómo es posible que en neonatologías no tengan fonoaudiólogos para realizar la evaluación de todos los prematuros y que éstas las realicen profesionales kinesiólogos?

Existen algunas instituciones que se han hecho cargo y poseen un equipo multidisciplinario completo, pero no son la mayoría. Me apena ver cómo hay tanta necesidad y cómo los recursos se utilizan en forma cuestionable, ya que la atención de la primera infancia es y será la alternativa de promoción y prevención de las alteraciones posteriores.

Los fonoaudiólogos externos estamos haciendo el trabajo que deberían asegurar las políticas públicas de salud, y solo deberíamos ser un apoyo a nuestros colegas contratados por la institución y no ser los únicos que estemos resolviendo las listas de espera.

 

María Jesús Espinoza Salinas
Académica Escuela Fonoaudiología U. Andrés Bello

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