Señor Director:
Después de la visita a Venezuela de la Alta Comisionada de DD.HH. de la ONU y su respectivo informe, de la desaparición del capitán de corbeta Rafael Acosta, de la presentación ante un tribunal días después visiblemente torturado, del envío inmediato por el juez a un hospital, de su fallecimiento al día siguiente, de la negación de ver el cadáver a su esposa y familiares, del entierro por las autoridades en un féretro sellado, no hay diálogo posible entre Gobierno y oposición venezolanos.
Ese fue un hecho público que cambió el cuadro, retratando con nombre y apellido los delitos de lesa humanidad que sigue cometiendo impunemente el Gobierno de Maduro con miles de víctimas. No tiene sentido ver a la oposición dialogando con la barbarie.
José Luis Hernández Vidal