Señor Director:
Tanto va el cántaro al agua que al final se rompe, eso aplica a la anunciada salida de Jorge Ulloa del cargo de intendente. Demasiados yerros desde un inicio con la fallida designación de seremis, hasta el bochorno del toque de queda y el reto público del Ministro del Interior, en la propia Intendencia. Debe ser difícil remontar una gestión con semejantes desautorizaciones a cuestas, más los continuos rumores de su salida.
Resultó evidente que fue incapaz de sostener el impulso que el ex Intendente Díaz le dio a la gestión regional. En este caso, le pesó la sombra del antecesor y su propia gestión pasó desapercibida y más bien, como un paréntesis parecido al estancamiento. Tampoco tuvo un equipo de autoridades regionales a la altura. No tuvo en ellos ninguna posibilidad de apoyo, dada las serias limitaciones de dicho equipo; salvo tal vez en los casos del Seremi MOP y el de Vivienda, recién renunciado.
Vaya el llamado de atención a la persona que recién asume. Gestión en serio y con urgencia un mejor equipo de trabajo. Acá será la primera prueba de fuego. Sino es capaz de generar un cambio mayoritario de las autoridades, entonces vamos a otros años perdidos.
Luis Henríquez Logia