Señor Director:
Todos tenemos un amigo o amiga que acaba de tener familia. Todos hemos celebrado y comentado esas primeras fotos llenas de orgullo familiar que se comparten en redes sociales porque, cómo no, ahora hacerlo es mucho más fácil que hace unos años.
Las nuevas tecnologías permiten ir creando un álbum digital de cómo nuestros niños van creciendo con una facilidad que no siempre permite detenernos a pensar que nuestra felicidad de compartir pasa a llevar, nos guste o no, un nuevo derecho fundamental de ese/a nuevo llegado al mundo; su “yo digital”. Sus padres somos, claro está. Pero las fotos que todos hemos compartido de nuestros hijos ha ido creando el inicio de lo que hoy llamamos su Huella Digital y esas que creemos tiernas e inocentes fotos, y que pueden fácilmente caer en las manos equivocadas querámoslo o no, no se borrarán nunca más de la web y está generación tendrá que lidiar con algo que nosotros (los de más de 40) nunca tuvimos; ver cómo diablos eliminar, ocultar, dejar de ver y que se asocien a ellos esas montoneras de fotos que hoy padres, tíos, abuelos, primos, profesores y hasta colegios están subiendo y compartiendo sin el expreso permiso de aquellos que en la foto aparecen y que pueden perfectamente no estar de acuerdo con su exposición.
La invitación es a que todos los que alguna vez hemos subido imágenes de menores de edad, sean nuestros hijos o los del vecino, compañero de curso, sobrinos, nietos, etc., nos detengamos un momento antes de subir esas fotos y revisemos nuestras configuraciones de seguridad respecto de con quién estamos compartiendo esas imágenes. Les aseguro que sí o sí los que en esas fotos aparecen, se lo agradecerán.
Paola Vera Toledo
Consultor Asociado Protege tu Huella