Señor Director:
Recientemente, concurrí al estadio a ver un partido de fútbol. Llevaba en mis manos el diario para leer en el entretiempo. Al ingresar, la guardia de seguridad me requiso el diario, aduciendo que le podría prender fuego (con un encendedor o fósforo imaginario, claramente).
Además, ¿para qué quiere el diario?, me insistió. Esta situación absurda no hace más que demostrar el rotundo fracaso del plan Estadio Seguro, que más que controlar la violencia en los estadios, ha perjudicado a quienes queremos asistir a un espectáculo tranquilamente.
Sebastián Albarrán