Señor Director:
Tristemente a tan sólo días de iniciar el año, sumamos 4 víctimas silenciosas, más 3 femicidios frustrados.
En el actual contexto de movilizaciones feministas, nos ha obligado a las mujeres organizarnos, a reflexionar y a protestar contra la estructura patriarcal que nos abusa, nos violenta y nos mata. Sin embargo, el maltrato y la desvalorización hacia la mujer, sigue arraigada en nuestra sociedad que responde a patrones culturales permanentes en la estructura de poder.
Los agresores establecidos por Ley, son únicamente los maridos, las parejas, los convivientes actuales con hijos en común, y los pololos, los ex, los amigos y conocidos, No son válidos ni reconocidos por el Estado, quedando fuera de la legislación que sanciona la violencia en todas sus manifestaciones, éste flaco y profundo “punto muerto”, lleva a seguir reproduciendo el patrón de conducta que nos violenta y que nos está matando cada día.
Por otro lado, nos deja entre ver, que una de las mayores problemáticas sociales de nuestro país, que reconoce la violencia de género, los crímenes perpetrados como “femicidios” pasa como total acto de impunidad para las víctimas y sus familias.
Necesitamos con urgencia, revisar los planes de prevención de la violencia, focalizar esfuerzos para campañas de difusión preventivas, de asistencia en la seguridad y protección de las víctimas, reactivar las diligencias de gobierno y el parlamento en relación a la modificación que establece la ley de violencia intrafamiliar y su ampliación penal que tipifica el femicidio, dando paso acelerado a la aprobación de la Ley Gabriela, que permitirá sancionar y bajar la tasa de erradicación social de este flagelo que no disminuye.
Mientras y en la espera de avanzar en conciencia pública y de voluntades, nos seguiremos movilizando y haciendo eco, por el derecho de las Mujeres a vivir una vida libre de Violencia.
Lily Oñate Muñoz